Las fuerzas marroquíes han interceptado desde principios de
año un total de 400 inmigrantes. Las entradas se han
controlado tanto desde la frontera del Tarajal, a pie, como
en Beliones, donde han intentado pasar en balsas neumáticas.
Ahora se trabaja para intentar frenar el paso a través de la
Isla del Perejil. La mejanía controla la playa de Oued
Marsha, cerca de Tánger Med, por donde los inmigrantes se
lanzan al mar para alcanzar a nado territorio español. El
delegado del Gobierno, Francisco Antonio González Pérez,
resalta la “colaboración excepcional” entre el Estado
español y el marroquí para frenar estas entradas.
Las fuerzas marroquíes han interceptado desde principios de
año un total de 400 inmigrantes. Las entradas se han
controlado tanto desde la frontera del Tarajal, a pie, como
en Beliones, donde han intentado pasar en balsas neumáticas.
Ahora se trabaja para intentar frenar el paso a través de la
isla del Perejil. En este último caso, la Mejanía controla
la playa de Oued Marsha, cerca de Tánger Med, desde donde
los inmigrantes se tiran al mar para llegar a nado hasta el
islote del Perejil -los mejanis consiguieron parar la semana
pasada el intento de entrada de dos grupos-.
El delegado del Gobierno, Francisco Antonio González Pérez,
anunció esta cifra ayer durante su visita a la nueva flota
de vehículos con la que contará la Guardia Civil: “Hay que
ser lo suficientemente inteligente para darse cuenta de que
si se han frenado cerca de 400 inmigrantes frente a un
incidente puntual, la colaboración es excepcional”. “Eso es
lo que se me ha transmitido en Marrakech en estos tres
últimos días y eso es lo que pretendemos que siga
sucediendo”, sentenció.
El delegado también recordó que desde la Administración
central en Ceuta “pondrá todo lo que esté en su mano para
que esto siga sucediendo en la forma que sucede hasta
ahora”. González Pérez ironizó: “No podemos por un hecho
puntual romper una situación que hasta ahora era muy
beneficiosa”, en relación a la entrada del pasado martes de
seis subsaharianos en una lancha a motor.
Y es que, la máxima prioridad para el responsable de
Delegación es continuar con las “conversaciones” mantenidas
entre el Gobierno de la Nación y el marroquí, además de
entre los ministros del Interior de ambos países. “Esta
situación ha mejorado sustancialmente e insisto en que por
parte de Ceuta y por parte del responsable, que soy yo en
este caso, vamos a dar instrucciones para que esto sea como
tiene que ser”. Para González Pérez “la proporción está
clara y de esa forma hay que seguir actuando, con sentido
común y colaborando ellos con nosotros y nosotros con
ellos”, finalizó.
Tanto la Marina Real como la Mejanía marroquí trabajan para
frenar la entrada de inmigrantes ilegales en aguas ceutíes,
algo que se está consiguiendo según el propio delegado, ya
que se han reducido de forma considerable el número de
subsaharianos que han llegado a Ceuta en estos últimos
cuatro meses y medio. El propio ministro del Interior, Jorge
Fernández Díaz, resaltaba la importancia de la “colaboración
y cooperación” entre los dos países en la visita que realizó
a Ceuta el pasado día 10.
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Vecinos de Benzú aseguran que las entradas se producen
incluso en colchones transformados y resaltan “el control”
de la Mejanía
Los inmigrantes utilizan los
métodos más curiosos para conseguir pasar a Ceuta. Los
subsaharianos emplean hasta colchones transformados para
cruzar hasta la ciudad. Vecinos de la barriada de Benzú
explican que los subsaharianos bajan por las colinas de la
‘Mujer Muerta’ y son perseguidos por la Mejanía, que en la
mayoría de las ocasiones consigue frenarles. Algunos
residentes han explicado que en los últimos meses no se ha
producido “mucho movimiento”. “Hay veces que diez personas
intentan entrar y se ‘reparten’ por diferentes partes de la
‘Mujer Muerta’, incluso algunos utilizan troncos para
tirarse al mar” y añaden que “ahora entran más por la
Almadraba”. Por otra parte, “los mejanis los controlan
totalmente”, remarcan los residentes. “Están todos los días
ahí, tanto en tierra como en mar; lo tienen muy bien
controlado”, aseveran.“Las roturas de la valla ya se han
cortado desde hace siete u ocho años”, aseguran. “En la
mayoría de las ocasiones los cogen en tierra y muy pocos
logran llegar al mar para saltar”, continúan. “Se separan
por el monte, pero está muy vigilado”.
“El problema de la frontera en Benzú es de la Guardia Civil;
la han cerrado porque decían que tiraban piedras de
Marruecos y eso es mentira”, sentencian. Vecinos de la
barriada consideran que es “bueno abrir la frontera en Benzú
porque eliminaría la inmigración”. “Nadie puede pasar por
aquí”, afirman. “La política así sería más estable”,
apostillan.
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