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OPINIÓN - LUNES, 14 DE MAYO DE 2012

 

OPINIÓN / ANALISIS

Por fin irrumpe la moda de primavera
 


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

Dicen los especialistas que, este año, la depresión estacional ha pegado más duro que nunca y que han acidido infinidad de pacientes aquejados de cansancio, gripe por estrés, astenia y estado de trsiteza y desmotivación. Cómo en cada cambio de estación cuando los biorritmos se tienen que adaptar a los cambios horarios y a las distintas horas de luz. Pero yo discrepo. Quiero decir que no discrepo de que existan depresiones estacionales, sino de que los motivos que dan lugar a que tanta gente se encuentre agotada y fatal en este caso, cuando hasta hace tres días estábamos en invierno, dale que te pego con las borrascas y un frío de pelarse, no puede ser precisamente el que haya entrado el calorcito. Vamos ¡Que se lo pregunten a las niñas y los niños de las comuniones! Fin de semana, comulgandos más bonitos que un San Luis y comulgandas como ángeles nacarados, padres e invitados “estrenando la primavera” con sandalias y mucha manga corta y el tiempo cayendo chuzos de punta, lluvia, viento, frío, noviembre en abril y en mayo ¡La madre que parió al tiempo! Y mucho comentario acerca de que nos habían echado un mal de ojo meteorológico y así nos iba como nos iba y las tiendas sin vender ni un colín ¿Quien tenía el valor de vestirse de rosa poudre y de colores pastel con bandera roja en el Estrecho?.

La gente estaba mal, no por el buen tiempo, sino por el tiempo horroroso porque llega un momento en el que, el organismo humano, necesita la nueva estación, olvidarse de fríos y helores y estar con el cuerpo calentito, la manga corta y tomando el sol con precaución y protección 50 si se han cumplido los 30, pero para que ese astro rey aumente los niveles de serotonina en la sesera, fortalezca los huesos sintetizando la vitamina D, dore un poquito la piel paliducha del invierno y den ganas de salir a las calles a pasear. Y Ceuta es una ciudad que se conoce si “se pasea” y lo digo por experiencia, porque no es lo mismo andar de un lado a otro, aquí me paro a mirar, allí me enciendo un piti y me siento en un banco a fumar, mira lo bonita que han dejado esta fachada o ¿Es que nadie le ha explicado a quienes han rehabilitado o restaurado que en las fachadas de valor histórico y patrimonial no están permitidos los carteles anunciadores de colorines ni los neones? Más que prohibidos ¡No vean las multas si en un balcón de un edificio recién remozado hurtan los balcones de hierro forjado con un cartelón luminoso de “Peluquería Pitu”! Ni apercibimiento, multa y retirada fulminante. ¡Faltaría más!.

Pasear la primevare y las calles que se han llenado en un par de días de colores, por la ropa, por mucho blazer clarito con pantalón pitillo y por destellos de esas tonalidades maravillosas que en francés se llaman “macarons” y son unos pastelillos redonditos y azucarados, la bendición de Dios hoy trasplantada por iniciativa en primer lugar de Louis Vuitton coutûre (sí, el de los bolsos y la marroquinerie de alta gama reciclado en marca de alta moda) que ha realizado una colección pastelosa, dulce, llena de tiras bordadas, con cuellos calados y faldas con vuelo años 60. ¡Ay! Las aceras resplandecen vestida de primavera-verano y después de tan mal tiempo, cuando parecía que el buen clima “no acababa de llegar” ¡Y malditos sean los que no han firmado el Protocolo de Kyoto! Aparece el sol, se arrinconan los nubarrones, su poquito de bruma marina y la Medalla de Oro de la Ciudad a las terracitas de las cafeterías ¡La de vida que nos dan!
 

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