LUNES 7.
Hacía un mundo que yo no pegaba la hebra con Mohamed
Hamadi “Tafi”. Quien siempre me ha caído muy bien. Tan
bien que hubo una época en la cual acuciado por problemas
físicos estuve muy pendiente de la evolución de sus
dolencias. Hasta que un buen día me puso al tanto de su
recuperación. De la que me alegré una enormidad. Y es que
Tafi, apelativo por el que solemos conocerle sus amigos, se
hace querer. Educado, donde los haya, amable, sin llegar a
ser empalagoso, y dispuesto siempre al favor, es persona con
la que se puede conversar sin que surja la discordia. Tafi
me ha preguntado -hoy- por la corrupción en el fútbol. Ya
que ha leído mi columna y quiere saber si es cierto cuanto
se dice que sucede en un deporte tan universal como
convertido ya en religión. Debido a la falta de referencias
que existen. Y le he dicho la verdad. La que me fue posible
conocer durante mis muchos años como profesional de un
deporte que entusiasma tanto como polémica genera. Sí; en el
fútbol existe la corrupción. Y quienes hacen uso y abuso de
ella son los primeros que, cuando les toca sufrir las
consecuencias, ponen el grito en el cielo. Y, claro está,
acaban echando mierda sobre mierda. Tafi, que es de natural
pacífico, me mira y, tras un instante de duda, opta por
seguir su camino.
Martes. 8
En Pedro´s, establecimiento que suelo frecuentar, me
tropiezo con Diego Sastre. A quien no veía desde
hacía ya varios meses. Según él, la última vez que nos vimos
fue en agosto. Vamos, que pronto se van a cumplir diez
meses. Diego sigue cumpliendo años como los buenos galanes:
sobrado de pelo pero encanecido hasta presentar una
cabellera blanca donde puede hasta reverberar el sol.
Después de diez meses sin decirnos ni pío, Diego y yo nos
ponemos a charlar como lo que somos: dos amigos que siempre
han procurado mantener esa amistad por encima de
inconvenientes y de pensamientos opuestos. Mi amistad con DS
viene de lejos: de cuando ambos trabajábamos en la misma
empresa y él, además, andaba con la chaveta perdida por el
arbitraje. Ya que Diego, por si ustedes no lo saben, dedicó
sus mejores años a luchar por llegar a ser árbitro de fútbol
destacado. En el empeño perdió salud y le robó tiempo a su
necesidad de situarse en la vida. De cualquier manera, Diego
siempre salió ileso de sus contratiempos. Por una razón muy
sencilla: porque cuenta con un poso de estabilidad que le
permite mirar la vida de frente y sin resquemores.
Miércoles. 9
Buen ambiente en los bares situados en la calle Jáudenes.
Como ya viene siendo norma desde hace ya tiempo. Y es que, a
pesar de la crisis, esa zona, cuando el mediodía ya se ha
hecho tarde, se convierte en mentidero donde se hacen
comentarios sobre lo que esté más de actualidad. Hoy tocaba
hablar del partido entre Atlético y Athletic,
correspondiente a la final de la Europa League. Y a mí se me
ocurre decir que deseo fervientemente que ganen los
colchoneros. Pues mis simpatías, cuando el Madrid no
participa, están con los del Manzanares. Frente a mí, en el
Bar El Mentidero, está Félix Riesco. El cual me fue
presentado hace pocos meses y ya tengo la impresión de que
lo conozco de toda la vida. FR es madridista. Y por nuestras
conversaciones futbolísticas, cuando coincidimos, deduzco
que chanela del asunto. Opinando del Atlético de Madrid, a
mí se me ocurre hablarle de Santiago Orgaz Fernández,
jugador rojiblanco entre los años cincuenta y sesenta, más
conocido por el sobrenombre de Verde. Defensa de los
que los extremos no cesaban de mirar hacia atrás con cierto
canguelo, y además en posesión de una gracia indecible. A
Félix le conté la anécdota de Verde con Franco. Al
final de un partido del Teresa Herrera, en Riazor; trofeo
ganado por los atléticos al Shalke 04 de los años cincuenta.
Espero volver a contar lo ocurrido entre El Caudillo y
Verde, en cualquier momento. Pues merece la pena recordarlo.
Jueves. 10
Todos los ministros, cuando reciben a los gobernantes
locales en su despacho o cuando visitan la ciudad, dicen más
o menos igual que el ministro del Interior, Jorge
Fernández Díaz: Ceuta es una parte de España a la que
desde La Moncloa se tiene un aprecio y consideración
“especial”. Y se quedan tan panchos. A partir de ahí, en
cuanto se les recuerda las necesidades que hay de obtener
ayuda para darle vida a cualquier proyecto que espera
convertirse en realidad, no dudan en decir que están
dispuestos a todo cuando haya dinero. Que corren malos
tiempos y que hay que apretarse el cinturón. Últimamente,
tanto Alberto Gallardón como Díaz Fernández han dicho
lo mismo aunque con distintas palabras. Por tal motivo, no
me ha extrañado que Juan Vivas haya decidido ya echar
mano ante semejantes personajes de ese aire chancero, zumbón
y cáustico que pocos le reconocen y que él suele administrar
muy bien. Ya que el presidente de la Ciudad, cuando se lo
propone, se ríe por lo bajinis de los señores más
encopetados. Pues a ver quién es capaz de hacer burla fina
con tanta sapiencia y disimulo. Me refiero a cuando le dice
al ministro lo que debe transmitirle a Mariano Rajoy:
que él, Vivas, está dispuesto a secundar cuantas decisiones
tome el Gobierno de Rajoy por “difíciles que sean” para
salir de la crisis. Y remata la faena con un desplante de
valor incalculable: “Es momento de que toda la sangre acuda
a la llamada del corazón”. Genial. La frase no hay quien la
mejore. El problema es que a medida que los sacrificios
vayan aumentando se irá comiendo cada vez menos y menos y
menos… Y un día, no tardando mucho, la sangre no tendrá que
hacer su tarea en el estómago. Por estar éste repleto de
telarañas. Y ni siquiera el corazón, entonces, podrá
funcionar. El mensaje de Vivas a Rajoy comienza con dosis de
la mejor ironía y termina siendo un sarcasmo de premio.
Viernes. 11
Oyendo la radio, muy de mañana, me entero de que Sergio
Lobera, entrenador de la Asociación Deportiva Ceuta, va
a ser nombrado muy pronto segundo entrenador del Barcelona a
petición de Tito Vilanova. Lo cual no deja de ser una
gran noticia para un técnico joven y que llegó aquí
dispuesto a comerse el mundo. Yo no sé nada del hombre
nacido en Aragón. Pero nada de nada. Bueno, lo único que sé
es que cuando llegó a Ceuta lo primero que dijo es que su
equipo iba a jugar como el Barcelona. Lo cual taché de
error. Por razones obvias. Ahora bien, dado que yo no he
visto ni un solo partido del equipo, tampoco puedo asegurar
que el juego de los ceutíes no haya sido trasunto del
desarrollado por el conjunto azulgrana. Al margen de lo
dicho, lo principal es que la noticia me ha causado
satisfacción. Y me explico: el fútbol ha cambiado tanto, y
para bien, como para que sea factible que un entrenador
joven y con un historial poco relevante, pueda acceder a un
puesto en el banquillo de unos de los mejores equipos del
mundo. Por consiguiente, a mí solo me cabe felicitar a SL y
desearle toda la suerte del mundo en tan grande empresa. Eso
sí, como buen madridista, espero que el Barça quede siempre
por debajo de mi equipo. Lo cual me parece de una normalidad
apabullante.
Sábado. 12
Francisco Correro Tocón, vicario de Ceuta, durante
dieciséis años, se nos va. Cargo de confianza, tras ser
sustituido el obispo Ceballos, el nuevo obispo de la
Diócesis, Rafael Zornoza Boy ha decidido que Correro
Tocón sea relevado. Dieciséis años viviendo en esta ciudad
son muchos años como para que el vicario no derrame lágrimas
cuando le llegue el momento de la despedida. Lo normal es
que le pueda la emoción en la hora del adiós. Pues Ceuta es
tierra que atrapa a los peninsulares de modo y manera que
cuesta lo indecible abandonarla. Si lo sabré yo. Con Correro
Tocón no te he tenido yo, por poner un ejemplo, la amistad
que mantuve -y mantengo- con Alejandro Sevilla.
Pero tampoco es menos cierto que, incluso habiendo hablado
con él lo preciso, siempre me ha caído la mar de bien. De
él, de su paso por esta ciudad, conservaré el recuerdo de
una persona que nunca trató de sermonear porque sí a quien
no lo deseara. Agradable, fumador empedernido, y gran
observador, supo eludir los ataques que en un momento
determinado pusieron a prueba su fortaleza. Mi deseo es que
la vida le sea grata en todos los aspectos.
|