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OPINIÓN - DOMINGO, 13 DE MAYO DE 2012

 

OPINIÓN / EL OASIS

Racistas y privilegiados


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Reconozco que como vaticinador soy un desastre. Sobre todo cuando he pronosticado que tal o cual político conseguiría o dejaría de conseguir cualquier logro que se hubiera propuesto. Por lo tanto, ya me guardaré yo muy bien de opinar acerca de si Mohamed Alí será, o no, alcalde de esta ciudad en el año 2019. Tal y como parece augurarlo Juan Luis Aróstegui.

Ahora bien, Aróstegui, como pitoniso de resultados electorales, también ha dejado siempre mucho que desear. Así que cabe poner en duda que el nuevo coordinador general de Caballas, MA, pueda acceder a la alcaldía dentro de siete años. Por cierto, siete años son muchos años. Máxime cuando “una semana es un largo período en política”.

Aun así, es decir, poniendo reparos a lo profetizado por el hombre que sigue liderando a Caballas, por más que haya accedido a esa pantomima de la I Conferencia Política de la coalición para revestir de poder ficticio a Mohamed Alí, conviene seguir la pista siguiente: Juan Vivas parece ser que está en el tramo final de su carrera política en la ciudad y tal vez haya fijado en siete años su renuncia a continuar en el poder. Salvo contratiempo de cualquier índole.

La renuncia de Vivas a presentarse como candidato, cualquier día, aunque este día esté a siete años vista, no deja de ser un problema para esta ciudad: pues, desparramando la mirada en todas las direcciones, uno no halla al político adecuado para ocupar el cargo que dejaría vacante Vivas. Y lo dice uno que confiesa, a cada paso y donde le apetece, estar en desacuerdo con muchas de las formas de proceder de la primera autoridad local. Por no ser, precisamente, un fan suyo. Que los tiene, ¿eh? Y muchos. A pesar del desgaste que viene sufriendo.

Sí; digan ustedes lo que quieran. Repitan a coro, si así lo desean, esa frase hecha de que en el país de los ciegos el tuerto es el rey. Y hasta están legitimados para repetir, una y mil veces, que a rey muerto, rey puesto. Y, si me apuran un poco, tampoco deberían cortarse lo más mínimo en echar mano de esa otra expresión tan tremebunda: Los cementerios están llenos de imprescindibles. Y así podrían, con todo derecho, seguir haciendo uso y abuso de refranes y proverbios, a fin de combatir mi parecer.

Pero conviene volver a Aróstegui, cuya declaración sobre que Caballas va a trabajar duramente para que Alí sea quien reemplace a Vivas en 2019, lleva aparejada una labor que la coalición comenzó desde su nacimiento. Que no es otra que la de estar todos los días presentes en los medios. Generando noticias para hacerse visible sin solución de continuidad. Caballas está manteniendo un discurso con el cual trata de dividir a los habitantes entre privilegiados y apestados. Y lo hacen a sabiendas de que, además de ser mentira, su insistencia denunciadora es peligrosa. Muy peligrosa.

En el último acto que Caballas ha celebrado en el salón dedicado a tales efectos en el edificio municipal, con menos de media entrada -que diría un cronista taurino-, para la puesta en escena del nuevo coordinador general, Alí, Aróstegui, verdadero líder de la coalición, ha vuelto a manifestar que está en contra de los racistas de esta ciudad. Que son muchos, según él. Y, encima, ha clamado contra los privilegios. Sin sentir un ápice de vergüenza.
 

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