Los forenses que realizaron la autopsia de Francisco José
Forés corroboraron ayer en la sesión matutina del juicio que
la muerte se produjo por ‘shock hipovolémico’ tras recibir
una puñalada que le atravesó “de lado a lado”. Y es que, el
cuchillo jamonero que empuñó su hijastro siguió una
trayectoria desde el costado izquierdo a la zona lumbar
derecha afectando el bazo, el riñón y vasos sanguíneos.
Francisco José Forés murió por un ‘shock hipovolémico’ o lo
que es lo mismo por una pérdida de sangre masiva provocada
por la herida de un arma blanca que le provocó el acusado
tras atravesarle con un cuchillo jamonero. El diagnóstico
que se ha barajado durante todo el juicio fue confirmado
ayer por los dos médicos forenses que realizaron la autopsia
y que por la mañana declararon en la Audiencia Provincial.
Ambos explicaron que el arma, de unos 20 o 25 centímetros,
atravesó a la víctima, que se encontraba acostado sobre el
lado derecho, desde el último espacio intercostal izquierdo
hasta la zona lumbar derecha. Una herida que afectó al bazo,
al riñón y a vasos sanguíneos de pequeño y mediano calibre.
Este fue casi el único punto en el que coincidieron ambos
médicos que no se pusieron de acuerdo sobre si Ángel José
P.G. tiene o no la capacidad intelectiva y volitiva. El
primer forense que declaró aseguró que el acusado no tiene
ni la inteligencia ni la voluntad alteradas. El médico no
dudó que el imputado sabía que matar está mal y lo hizo sin
que su voluntad estuviera alterada. “El síndrome de Asperger
no afecta en este caso”, alegó.
Alteración visual
Sin embargo, su compañera no se atrevió a sentenciar de
manera tan rotunda, y aunque corroboró que durante la
entrevista que ambos mantuvieron con Ángel José P.G. este
mostró “una aparencia normal”, defendió que necesitaban más
pruebas para ver el alcance de la enfermedad y las
capacidades del acusado. Eso sí, ambos dijeron que el
acusado era una persona “fría” que relató con “todo lujo de
detalles” cómo asestó la puñalada a su padrastro. La doctora
si explicó que el acusado tenía una alteración visual y “no
realizaba una buena comunicación visual”.
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