Se acabaron el desorden y el caos
urbanísticos y habrán de cerrarse las bocas reivindicadoras
que exigían denunciar los cientos de construcciones
ilegales, ante la Fiscalía de Medio Ambiente de Cádiz.
Lenguas viperinas y mentes retorcidas que andaban
compinchadas fabricando un “book” de ilegalidades
urbanísticas para presentar ante el Fiscal gaditano. ¡A
callar! Porque en los mentideros oficiales e incluso ante
los medios se ha anunciado de forma solemne la demolición de
un ático retranqueado en la calle Independencia.
Debe ser un ático vulnerador de leyes y bastante proceloso,
aunque nos preguntamos si tanto cómo las construcciones de
uno, dos y hasta tres pisos, construidas ilegalmente en un
terreno ilegalmente ocupado infringiendo todas las leyes que
el urbanismo pudiera parir. Pero lo malo de derribar las
viviendas construidas por miembros de determinados
colectivos es que pueden ser motivo de polémica y de
“acusaciones” por parte de Coalición Caballas, mientras que
dudamos que Mohamed Alí se manifieste enervado y
descompuesto para defender los derechos del dueño del ático
infractor.
Tampoco Aróstegui calificará de “racista” la iniciativa por
más que el del ático mendaraz y conculcador “deba”
pertenecer a alguna raza, religión o colectivo. Disculpen.
Retiro lo dicho. Me comunican desde el padrón que el dueño
de la vivienda cuya demolición parcial supondrá la vuelta de
Ceuta y de su Urbanismo a la legalidad, es un marciano,
léase extraterrestre o alienígena y a no ser que vengan a
manifestarse sus primos de Marte en lo alto de un Ovni no
habrá quien defienda su sacrosanto derecho a hacer en su
propiedad lo que le salga de los huevos.
¿Qué si el alienígena del ático de la calle Independencia ha
ocupado zonas verdes o destinadas a equipamientos o incluso
algún terreno militar? Pues pienso que no, que ha sido más
bien una “chapucilla” que en mi barriada se dice “un chapú”
y además en un ático que supone altura y seguramente con
motivos fundados cómo puede ser una mayor comodidad a la
hora de ver pasar los platillos volantes y así “sentir” un
acercamiento a sus raíces ufológicas.
Le pregunto a un prestigioso jurisconsulto muy ducho en la
defensa de los Derechos Humanos y de las libertades cívicas
si aplicar la ley a un marciano y joderle se puede
considerar cómo racismo (léase rassismo) o cómo simple
aplicación de la normativa sin exclusiones ni ventajas y
privilegios de tipo alguno que, como diría la filósofa
popular Belén Esteban ¡Ya está bien! El afamado jurista,
previa búsqueda de jurisprudencia por internet, me responde
que los marcianos corrientes no tienen quienes les defiendan
a nivel terrícola. Así que el del ático y el retranqueo
estará más solo que la una y nadie dará la cara por su
chapuza urbanística ni alegará agravio comparativo con el
argumento de que existen cientos de construcciones de
ilegalidad más flagrante que incluso han aparecido en los
medios a modo de denuncia.
Todo muy divertido si no fuera por el “cante” que dan
quienes han estado mirando hacia otro lado para evitarse
“molestias” otorgando auténticas “patentes de corso” según
el “quien es quien”. ¿Empezar a demoler por la calle
Independencia? ¡Y con dos cojones!
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