“Hay calles en la barriada del Recinto Sur que son de muy
difícil accesibilidad”. Con estas palabras, el presidente de
la asociación de vecinos de la zona, José María Romero,
expresa su preocupación por la situación que ha empeorado en
estos últimos cinco años con las construcciones ilegales.
Sin embargo, la creación de la barriada “ya se hizo mal”.
Los servicios de emergencia y las Fuerzas de Seguridad no
pueden entrar en calles como ‘Estrella’, ‘Tetuán’ o ‘La
Salud’.
“Hay calles en la barriada del Recinto Sur que son de muy
difícil accesibilidad”. Con estas palabras, el presidente de
la asociación de vecinos de la zona, José María Romero,
expresa su preocupación por la situación que ha empeorado en
estos últimos “cinco años”, tal y como explicó a EL PUEBLO
en su edición de ayer. La estrechez de las calles no solo se
debe a las construcciones “de manera desordenada”, que han
proliferado en esta zona, sino también a que cuando comenzó
a construirse la barriada “ya se hizo mal”. Romero recordó
calles como ‘Estrella’, ‘Tetuán’, ‘La Salud’, etc. “Ahí no
puede pasar ningún coche, tienen que tirar de manguera”,
aseguró. Buen ejemplo de ello son los servicios de
emergencia, como es el caso de los Bomberos, que ven
dificultado su trabajo diario en esas calles cuando ocurre
algún incidente. Además, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad
tienen dificultades para realizar operativos.
En definitiva, “este problema ya estaba de antes y no se
previó; quizás no han querido hacerlo”, ironizó el
representante vecinal. “Estas calles son peatonales”,
continuó. Romero quiso destacar además que no está “en
contra” de que se lleven a cabo este tipo de obras, pero
tienen que realizarse “dentro de la legalidad” y recordó que
“hay una serie de derechos y también obligaciones”. Es
decir, lo que es necesario es que las Administraciones,
tanto local como general, “se lamenten cuando esté hecho;
hay que prevenir antes”. En cuanto a la aprobación de
regularización de viviendas en Príncipe Alfonso acordada por
el Gobierno, el presidente vecinal incidió en que “se debe
hacer en todas las barriadas; todos somos iguales”, finalizó
indignado.
Para Romero, el problema principal surge en que los que
realizan este tipo de consrucciones “ven que lo siguen
haciendo y se lo permiten”. “Las medidas se deben tomar en
el momento en que se están construyendo; no se puede
levantar una casa de siete plantas y después pretender
tirarla abajo”, remarcaba ayer.
En este asunto, en la ciudad en los últimos años se han
anunciado medidas de “refuerzo” de la Unidad de Disciplina
Urbanística y cambios en la normativa local. Sin embargo,
también se han realizado reformas de las normativas
municipales, en concreto, el anterior consejero de Fomento,
Juan Manuel Doncel, que emitió en 2010 un decreto que
establecía un procedimiento para “actuar inmediatamente en
el supuesto de perturbaciones o usurpaciones recientes y
flagrantes que se produzcan en bienes de titularidad y
dominio público”, que incluía “medidas cautelares”, es
decir, el precinto de la obra ilegal por parte de la Policía
Local. Este decreto se puso en práctica en julio de 2010 con
la limpieza de una zona clasificada como verde junto al
colegio Reina Sofía, que había sido ocupada por palés para
su posterior edificación.
En 2012, Ciudad y Delegación han anunciado de nuevo la
“coordinación” en los trabajos, pero las medidas para
aplicar la ley van más lentas que las obras ilegales.
Seguridad vecinal
El presidente de la asociación vecinal aprovechó la ocasión
para hablar de la seguridad en la barriada. “En la zona
existen los mismos problemas que hay en toda la ciudad; no
estamos contentos”, sentenció. “Dicen que los vecinos somos
muy exigentes pero a las estadísticas me remito: Ceuta es la
ciudad en la que mayor índice de criminalidad registra”,
resaltó. Para Romero, “las estadísticas no están para
aplicarlas cuando interesa y cuando no, no”. “Tenemos una
frontera y con los agentes que hay en Ceuta de los Cuerpos
de Seguridad es suficiente”, remarcó.
En definitiva, “hay que tener voluntad política para acabar
con esto”. “Ceuta no es una ciudad de 500.000 habitantes y
ya se sabe dónde se tiene que controlar en qué lugares, por
ejemplo, se queman coches”.
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