Desde que el Partido Socialista
fuera desalojado del Gobierno de España de forma humillante
por una ciudadanía plenamente convencida de la
responsabilidad de estos en una situación que nos ha llevado
a alcanzar la tasa de desempleo y de déficit público más
altas de todos los estados miembros de la Unión Europea, sus
máximos dirigentes han destinado todos sus esfuerzos a
desacreditar todas y cada una de las decisiones adoptadas en
los últimos meses por aquellos a quienes los españoles
ofrecimos de forma mayoritaria nuestra confianza en las
Elecciones Generales del pasado mes de noviembre.
Mientras el nuevo Gobierno del Partido Popular ha cogido el
“toro por los cuernos” elaborando y aprobando innumerables
medidas consecuentes con la situación heredada con la única
intención de responder desde la responsabilidad, el Partido
Socialista ha retomado el camino de las protestas sociales.
De hecho, ahora regresan a nuestra retina imágenes tan
esclarecedoras como las originadas con motivo de las
campañas “OTAN, de entrada no”, ”Nunca Máis” o “No a la
Guerra” en las que destacados militantes de la izquierda
española protagonizaron todo tipo de incidentes contra las
decisiones adoptadas por el primer Ejecutivo popular.
En las últimas semanas hemos constatado como los máximos
dirigentes del socialismo español, Alfredo Pérez Rubalcaba y
Elena Valenciano han protagonizado numerosas intervenciones
públicas en las que han instado al progresismo español a la
movilización civil y social, no contra las últimas medidas
aprobadas sino contra el Gobierno que las ha planteado en el
denominado frente anti Rajoy tal y como pudimos constatar en
las diferentes manifestaciones convocadas el pasado martes
con motivo del Primero de Mayo, Día Internacional del
Trabajo, en las que los principales líderes socialistas
compartieron protagonismo junto a los dirigentes
sindicalistas.
Para nada este artículo debe entenderse como una crítica
abierta contra quienes defienden legítimamente los intereses
de los trabajadores sino como una crítica contra aquellos
dirigentes políticos y sindicales que han compartido
protagonismo en las decisiones adoptadas que nos han llevado
a la situación actual y ahora pretenden obviar totalmente
los últimos años de Gobierno progresista. En definitiva, los
españoles estamos obligados a desenmascarar de una vez por
todas a quienes han debilitado gravemente el estado del
bienestar con decisiones que nos han llevado a las peores
cifras de nuestra historia democrática.
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