PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales

 

 

economía - JUEVES, 3 DE MAYO DE 2012


Personal de La Cabaña del abuelo Rafael.

reportaje / gastronomía
 

“La Cabaña” un rincón para paladares de gourmets

El concepto de “Nouvelle Cuisine” se fusiona con el cocina tradicional versionada por el “chef” con el objetivo de transformar cada plato en una “delicatessen”
 

CEUTA
Nuria de Madariaga

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Al hablar de “Nueva Cocina” no nos estamos refiriendo a platos tamaño XL y minúsculas porciones de comida, muy por el contrario, sorprende la abundancia de los exquisitos menús que pueden presumir de nombres tan evocadores cómo el de “Carrillada con frutos secos a la miel” “Arroz meloso con atún de almadraba” el monumental “San Jacobo de gallo con salmón y jamón ibérico” y el plato estrella que es el “Entrecotte de ternera irlandesa”. Pero para comprobar la originalidad de la oferta culinaria hay que visitar el restaurante “La Cabaña”, incluso si tan solo se quieren degustar sus deliciosas tostas y ensaladas en plan tapeo, porque merece la pena contemplar la decoración que es un “mix” entre un restaurante del Ampurdán y un rincón minimalista con separaciones diseñadas a base de cañas de madera importadas de Italia.

Pero la visita a un restaurante se inicia siempre por la cocina que en este caso está montada en plan laboratorio culinario con mucho aluminio resplandeciente y las juntas del alicatado impolutas, incluso en la zona de cocinar, lo que demuestra que se extrema la higiene y se friega con lejía, lo que puede parecer una afirmación vulgar cuando se habla de un establecimiento decorado con maderas nobles e iluminado con resplandecientes y carísimos alogenos dirigidos para crear “puntos de luz”, pero la pulcritud es fundamental, tanto cómo el hecho de que los interruptores sean de diseño y enriquecidos con madera, las vigas del techo sean de roble y en general sea un auténtico derroche de buen gusto decorativo y de mejor gusto gastronómico si atendemos a que el postre especialidad de la casa es una elaborada “Cazuela de crema inglesa con bizcocho de aceite, nueces, ciruelas, pasas y miel” ¿Y quien puede negar que se está hablando de una auténtica “delicatessen” que haría palidecer de envidia al mismo Ferran Adriá? Mejor incluso, porque cuando los nuevos cocineros comienzan a trasegar con hidrógeno líquido, clara de huevo y urdimbre de ingle de cabra y encima sacan a la mesa un plato con una creación del tamaño de un quesito de los de porciones, hasta el punto de pensar que se trata de una pequeña degustación y luego resulta ser el “plato fuerte”, el comensal se queda con una inequívoca sensación de que pueden estar tomándole el pelo, por muy innovadores que sean las técnicas y los productos utilizados.

No es el caso, porque en “La Cabaña” llevan a cabo novedades culinarias y creaciones punteras del “chef” cómo la “Milhoja de rabo de toro” o el “Risotto de marisco” que aún mezclando texturas y sabores, dan cómo resultado platos sabrosos y en mi opinión excesivamente abundantes, no voy a añadir que “para paladares muy exigentes” porque se puede tener un paladar exigente y comer pequeñas cantidades, más bien para clientes que sepan apreciar la calidad y que no se asusten ante la cantidad. “Nouvelle Cuisine” y conceptos gastropijos a la hora de diseñar los platos, pero mentalidad tradicional en el momento de calcular las raciones, nada de tapitas diminutas ni de aperitivitos de nombres complicados que no superan el tamaño de una aceituna. ¿O es que esperarán la visita de Gargantúa y Pantagruel? Ningún problema.

De hecho el único problema que ha tenido que afrontar este rincón del gourmet son las excesivas trabas administrativas a la hora de conseguir la apertura del negocio y los mil y un obstáculos burocráticos dentro de la política activa de incentivar a los empresarios y que se animen a realizar inversiones y crear negocios.

Con esto quiero decir que el mágico establecimiento que es “La Cabaña” ha tenido triple mérito 1º Conseguir abrir.2º Poder presumir de una decoración hecha de detalles llenos de encanto y en la que, hasta las toilettes son de diseño. 3º La creatividad inaudita del “chef” su imaginación a la hora de diseñar una carta cuajada de deliciosas sorpresas (no se pierdan el reto de los “Huevos rotos a la Cabaña”) y su empeño en utilizar únicamente productos de primerísima calidad, hasta el punto de que la carne procede de Irlanda y la carta de vinos no tiene parangón en Ceuta.

Así “La Cabaña” viene a dar categoría al circuito de rutas gastronómicas de la ciudad, cómo un lugar con clase y equipado tanto para una cena de pareja, un tapeo en la barra o una comida de empresa. ¿Lo mejor? La iluminación, el estuco y el San Jacobo.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto