Con los cambios climatológicos,
que venimos padeciendo los últimos días de abril, no apuesto
por la salud ni un céntimo de euro.
Con el cambio de Gobierno, hasta ahora, han venido
apareciendo una serie de anomalías sociales que dan al
traste con la capacidad de respuesta del pueblo. Una de esas
anomalías es la de que nuestro Gobierno actual se la suda
ante cualquier pregunta que le haga justificar esas
decisiones que toma de manera tan intransigente y super
liberal.
No comprendo aún que siga existiendo en éste país
aberraciones imposibles de aceptar dentro de la más pura
lógica.
Entre que no pagarán a los funcionarios que estén de baja y
la ORDEN de que los empresarios reduzcan los salarios, se
cruza un cocodrilo en el camino: cierto presidente de
empresa inmobiliaria aumenta “la paga” de él mismo y de los
miembros del consejo de administración un 23%; así podrán
cobrar hasta 3.720.000 euros. Y eso que se trata de una
compañía inmobiliaria que estuvo inmersa en un concurso de
acreedores, el mayor de la historia de las empresas.
El mismo cuento de siempre por parte de los conservadores y
de los liberales: aumentarse ellos sus gratificaciones y
recortar la de los demás hasta límites insoportables.
Así vamos.
Lo truculento del día no es que los empresarios se sigan
aumentando el sueldo y sigan pagando impuestos ridículos, en
comparación con los asalariados, sino que las decisiones de
los dirigentes de la cosa educativa raya lo monstruoso.
Me estoy refiriendo a un inspector de Educación de Madrid
que aconseja a la dirección de la escuela española de
Escaldes-Engordany (Andorra) que despida a una maestra
porque sus alumnos de 4 años ya saben sumar, restar y leer…
Ese tipo asegura que los niños tienen un nivel demasiado
alto para UNA ESCUELA PÚBLICA.
Eso es lo que quieren los peperos: que no enseñen tanto a
los niños en escuelas públicas y así necesitan que el pueblo
siga siendo tonto para que sus niños, que asisten a buenas
escuelas privadas sufragadas con dinero público, hereden su
forma de gobernar con patentes de chorizos.
Pretender usar el lema de “Si quieres aprender a sumar,
restar, multiplicar, dividir o simplemente leer, debes
acudir a una escuela privada de pago” sólo significa que
salgan niños demasiados listos y a los que no se puedan
manipular cuando sean mayores. Muy claro el panorama.
Confieso que al principio, al enterarme de la noticia,
imaginé otra cosa: que la querían despedir por mostrar
demasiado sus encantos… ¡qué mal pensado he sido!, esta
maestra y sus alumnos están demostrando, ellos solitos, que
el sistema educativo que pretenden imponer los peperos es
una auténtica basura. Una más.
Todo sea por la austeridad: a más niños tontos menos becas.
En el verdadero trasfondo de la cuestión está en que es un
colegio público con sólo 11 alumnos…, pero la contrapartida
es que se realizan las clases en un país extranjero.
O bien que tienen interés algunos colegios privados de alta
clase en contratar a esa maestra. No quieren que los niños
de un COLEGIO PÚBLICO tengan un nivel demasiado alto.
Esta es la derecha española, típica, con el ideario
encabezado con ésta máxima: “Para llevar burros no hacen
falta las letras ni los números, mientras más idiotas sean,
menos pensarán y más borregos serán”, y que me perdonen los
burros, son animales inteligentes desde luego.
Ignoro si vamos a entrar en una fase de alucinaciones que
nos dejen flipando largo tiempo, pero lo cierto es que la
política actual que lleva a cabo nuestro Gobierno, en todos
los frentes, no es la que levantará al país. Será un fracaso
total, al tiempo.
Creo que es tiempo de se instaure un Ministerio de la
Ignorancia. Recortes en partidas básicas: educación,
pensiones y sanidad. Y plan para el fomento de la
tauromaquia… ¿Dónde estamos?
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