El Juzgado de lo Penal número 2 dejó ayer visto para
sentencia un juicio que se sigue por un delito contra la
salud pública contra un conductor de autobús residente en
Francia al que se le halló droga en su vehículo. Mientras
tanto, un joven se declaró culpable y dijo que actuó en
connivencia con unos traficantes.
El titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Ceuta dejó
ayer visto para sentencia una vista oral por tráfico de
drogas en la que hay dos acusados -uno declaró contra sí
mismo y exculpó al otro- y que tendría relación con una red
de narcotráfico con ramificaciones en París.
Los hechos ocurrían el 16 de mayo de 2011, cuando la Guardia
Civil interceptaba un autobús procedente de Marruecos,
concretamente de Tánger. Un perro adiestrado para la
detección de droga dio la pista y los agentes encontraron,
en un doble fondo practicado bajo un conducto de calefacción
y sobre el tanque de gasolina un total de 60 kilogramos de
hachís, repartidos en 72 piezas.
El conductor fue detenido y resultó ser Yanya M.,
nacionalizado y residente en Francia, con familia en aquel
país, con contrato de trabajo con una agencia de transportes
y con arraigo en el país vecino.
Negó en todo momento tener conocimiento de la droga y desde
entonces permanece en prisión provisional. Un mes más tarde
de la detención, se presenta ante la Guardia Civil
Nouredinne C., quien declara que la droga la había puesto él
sin conocimiento del conductor y para probarlo entregó las
llaves del vehículo.
Sorprendentemente, tras entregar la Guardia Civil las llaves
en el Juzgado de Instrucción, estas desaparecieron. Aún no
han sido halladas hasta el día de hoy, aun cuando se han
emprendido investigaciones en el Juzgado número 6 y el
número 1, amén del Juzgado de lo Penal.
Nouredinne C. declaró que contactó en una discoteca de París
con un individuo que se identificó como Dimitri. Le propuso
que viajara en avión a Tánger donde se le haría entrega de
un cargamento de droga que debía ocultar en el autobús que
conduciría Yanya M. También le entregaria las llaves del
autobús, dado que el conductor desconocería lo que iba a
transportar.
Así lo hizo, según dijo, Nouredinne C., quien explicó dos
veces consecutivas a instancias del Ministerio Fiscal el
procedimiento utilizado para abrir el lugar donde se
encontraba el doble fondo para esconder la droga. Al
parecer, no tuvo que utilizar la llave que le facilitaron,
ya que cuando llegó al aparcamiento de un centro comercial
sito en la carretera de Rabat, el vehículo tenía abierta la
puerta trasera de par en par, aunque el conductor insistió
en que cerró el autobús, que tiene cerraduras centralizadas.
Con posterioridad, según la declaración de Nouredinne C.,
dado que la droga no llegaba a su destino, Dimitri se pone
en contacto con él y le amenaza, en la creencia de que se
había apoderado de la droga. Nouredinne C., sintiéndose
doblemente amenazado de manera física y también bajo la
perspectiva de ser denunciado en Marruecos y cumplir condena
allí, cruzó la frontera a Ceuta y a través de internet supo
que el autobús había sido interceptado por la Guardia Civil.
Dimitri, según Nouredinne C., seguía sin creerle, así que
temiendo por su integridad física, se autoinculpó ante la
Guardia Civil. Negó además haber recibido dinero para
inculparse y liberar a Yanya de los cargos. La Fiscalía pide
cuatro años de prisión y 190.000 euros de multa para cada
uno, mientras que el abogado de Yanya pidió la libre
absolución. El abogado de Nouredinne solicitó que se tuviera
en cuenta su colaboración con la Justicia.
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