| Actualmente, el número de alumnos 
					por profesor, en nuestro país, es inferior a la media de 
					OCDE: 11 frente a los 13 por docente que registra la media 
					europea, según refleja el último informe de la OCDE, sobre 
					Panorama de la Educación en 2011.
 Expertos en Educación, en nuestro país, defienden “Los 
					estudios internacionales demuestran que el número de alumnos 
					de un aula dentro de determinados límites, no es un factor 
					determinante, ni siquiera de los más importantes, para la 
					calidad educativa. La LOGSE hizo de este punto un dogma sin 
					ningún fundamento científico”. Y se añade: “el número de 
					alumnos por profesor es hoy en España es inferior al de 
					Alemania, Francia o Gran Bretaña. Y nuestros resultados 
					educativos son claramente inferiores”.
 
 También está sobre la mesa un nuevo documento de las horas 
					lectivas, que hoy están en 25 como máximo. Y conviene 
					recordar que la O.M en 1994 estableció que los enseñantes de 
					Primaria tienen un máximo de 25 horas lectivas y los de 
					Secundaria entre 18 y 21, según las necesidades. Lo normal 
					era que se quedaran siempre en la franja baja y que no se 
					llegase al tope, hasta que la crisis obligó a introducir, el 
					pasado curso, las primeras reformas al respecto, a nivel 
					autonómico: “La idea es homologar tanto el horario lectivo 
					como el del profesor por alumnos a la U.E” explican las 
					fuentes consultadas.
 
 Para las referidas fuentes “racionalizar los recursos en 
					educación es hoy una necesidad imperiosa. Y se puede hacer 
					sin merma de la calidad”. De hecho, “las comunidades 
					autónomas lo están demandando. Y es bueno que haya unos 
					criterios y unas reglas comunes, aplicables a toda España”.
 
 Pero, lo verdaderamente cierto es que “para mejorar la 
					calidad de nuestras enseñanzas debemos actuar con 
					determinación en los factores que sí inciden verdaderamente 
					en los resultados: buenos enseñantes, un clima escolar 
					ordenado, unos objetivos claros y unas evaluaciones que 
					midan el progreso de los alumnos.
 
 Para los padres, considerando que las horas lectivas en el 
					Centro Educativo forman parte del trabajo de los niños, de 
					igual manera que para ellos lo es su profesión. Por ello, a 
					mayor número de horas lectivas, se recuperarán más 
					contenidos, que son fundamentales para la mejora de la 
					preparación de los alumnos.
 
 Pero, para algunas asociaciones se piensa que no por estar 
					más tiempo en el aula se conseguirán los objetivos 
					propuestos, ya que toda iniciativa debería ir acompañada por 
					una reforma global que mejore el contenido de la educación, 
					que renueve la metodología y el modo, en suma, de enseñanza, 
					y que se recupere la “cultura del esfuerzo” y que la reforma 
					será bienvenida siempre y cuando sea consensuada por todas 
					las partes de la sociedad.
 
 Las circunstancias son contradictorias: por una parte, el 
					alumnado, escuelas y universidades, están creciendo por la 
					crisis: el abandono escolar ha vuelto a marcar, en 2011, su 
					nivel más bajo, 26,3%. Pero a la vez, las aulas está 
					sufriendo importantes recortes presupuestarios, precisamente 
					por esa crisis: más de 3.400 millones de rebaja en los 
					presupuestos de 2010, lo que ha supuesto, entre otras cosas, 
					la reducción de miles de profesores en las plantillas de 
					todo el país. Y, además, el Gobierno quiere ahora recortar 
					otros 3.000 millones adicionales.
 
 El citado recorte ha producido un gran escándalo entre todos 
					los sectores educativos, lo que se supone que, en principio, 
					irá en detrimento de la calidad de la enseñanza.
 
 Pero este hecho en sí –según el Sr. Ministro- proporcionará 
					a las Comunidades Autónomas instrumentos para que cada una, 
					en función de las necesidades que tengan de reducir el 
					déficit, puedan optimizar su gasto educativo. Estas medidas 
					suponen eficiencia, pero no recortan derechos ni merman la 
					calidad educativa.
 
 Conviene tener en cuanta que las ratios vigentes en la 
					actualidad, son 25 alumnos en Infantil y Primaria, 30 en 
					Secundaria y 35 en Bachillerato y, además, están por debajo 
					o a nivel de la media de la OCDE. Y algunos países que 
					tienen ratios por encima de las españolas, tienen resultados 
					mucho mejores. Pero, por parte del Ministerio, que no se 
					está ampliando necesariamente las ratios, sino dando margen 
					a las Comunidades para que puedan flexibilizarlos hasta el 
					20%. En Primaria, actualmente, el 87% de las clases estaban 
					por debajo del tamaño permitido; son 24 o menos alumnos. En 
					Secundaria, en el sistema público, sólo el 2,7% de las 
					48.800 unidades tenía 30 alumnos, el tope permitido; el 97% 
					restante estaba por debajo del 30. Pero hay que dar algo de 
					flexibilidad: es muy caro que, por no poder formar un grupo 
					de 31, hay que formar uno de 15 y otro de 16.
 
 En cuanto se refiere a la oferta de menos modalidades de 
					Bachillerato por centro, parece ser que no ha sido así. Lo 
					que se dice es que no es preciso que cualquier centro nuevo, 
					obligatoriamente tendrá que ofertar las dos de las tres 
					modalidades, porque eso es antieconómico. Si se está 
					abriendo un nuevo centro que tiene una oferta de 
					Bachillerato y a escasa distancia hay otro con todas las 
					modalidades, perfectamente en el nuevo centro puede haber 
					una sola modalidad de Bachillerato y una oferta de F.P.
 
 Sin embargo, las Asociaciones de Padres de Alumnos ya han 
					anunciado movilizaciones, también por el aumento de horas 
					lectivas de los enseñantes; para tal posibilidad, el Sr. 
					Ministro confía en la buena voluntad de ellos y les pide un 
					sacrificio, ya que la legislación vigente apenas se ha 
					modificado.
 
 También, por otro lado, los Sindicatos piensan que todo esto 
					va a suponer la desaparición de 100.000 puestos de trabajo. 
					Para el Ministerio es una exageración. Si de verdad el 
					impacto en términos de despidos fueron 100.000, el efecto 
					económico de esa única medida que sería superior a todo el 
					ahorro que el gasto público que se intenta conseguir; serían 
					más de 4.000 millones de euros, y no se está hablando de 
					cantidades disparatadas.
 
 De cualquier manera, las circunstancias son las que son, y 
					no se variarán, aun teniendo en cuenta a los Sindicatos, lo 
					que se pretende es que las Comunidades gasten mejor, sin que 
					sufra la calidad ni la cobertura.
 
 Pero todo hace pensar que detrás de todo este movimiento no 
					hay otra cosa que una escondida intención ideológica de 
					“cargarse la enseñanza pública y primar la privada y la 
					concertada”.
 
 A este respecto, en el Ministerio se piensa que todo ello no 
					es más que un eslogan y propaganda sin fundamento. La 
					existencia de la enseñanza privada es una consecuencia 
					derivada del Artículo 27 de la Constitución y el derecho de 
					los padres a elegir la educación de los hijos es una piedra 
					angular de los derechos civiles. Por otro lado, no es malo 
					que exista cierta emulación positiva entre los centros 
					públicos y concertados por ver quién lo hacen mejor y de una 
					forma económicamente más eficiente.
 
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