Elemental querido Watson”, si el
Gobierno hubiera asumido de manera clara y directa la
responsabilidad de cesar a Ángel Gómez de su cargo en
Protección Civil para “reponerle” al frente de la Policía
Local, la decisión y sus consecuencias siempre estarían
llamadas a repercutir en el Ejecutivo. Porque puede salir
bien o salir no tan bien, aparte de que el ex-Jefe Sorroche
contaba con un buen número de seguidores de su impoluta y
germanófila política a la hora de dirigir el cuerpo. La
realidad es que el destituido no tenía arte ni a la hora de
pasar la mano por la espalda, ni para el mamoneo con UGT y
CCOO y menos aún para contar chistes de Chiquito de la
Calzada imitando sus andares, pero si algo resulta innegable
en su trayectoria son la rectitud y la honradez, virtudes
que a veces resultan altamente incompatibles con “la mano
izquierda” que algunos preconizan como “conditio sine qua
non” para no incomodar a nadie.
Pero, enmascarado el cese como dimisión para pedir la vuelta
a la Jefatura de la Policía Local o con cualquier otra
argucia similar, han fallado y mucho, las formas y el estilo
que aquí se ha traslucido no es modo alguno el que los
ciudadanos esperan de sus gobernantes. Ganas de enmarañar
innecesariamente las cosas que son infinitamente más fáciles
cuando se opta por el camino recto. Así si Juan Vivas eligió
a Sorroche para que realizara un cambio en la Policía y, en
un momento dado, la elección le resultó fallida porque no
contaba con el talante estricto del ex-Jefe, mejor llamarle
a consulta y decírselo a la cara con claridad, desde el
momento cero.
Lo que no es de recibo es que se hayan multiplicado los
rumores, los bulos, los dimes y los diretes, con algunos
metidos a zapadores haciendo la labor de dinamiteros y que
un profesional tenga que enterarse por la rumorología de
cual puede o no puede ser su futuro. ¿A que sería procedente
aludir a la honradez de la mujer del César en este supuesto?
Pues no lo pienso hacer porque es una analogía muy manida y
además las analogías son resbaladizas, nos adentraríamos en
terrenos de razonamientos y en este caso cabe poca
filosofía.
Lo que se puede deducir es que existía una resistencia a la
asunción del cese y posterior nombramiento de Ángel Gómez
así que mejor maquillarlo del mejor modo posible, que no
tenía que ser tan excesivamente básico y previsible. Para
nada.
Porque responsabilidad directa del Consejo de Gobierno es
haber aceptado el retorno del nuevo Jefe, así que todos
responsables de la labor que desarrolle y también
merecedores porque no se han de restar méritos a quienes los
tienen, del júbilo que sentirán CCOO y UGT que han visto
cumplida su santa, perdón, he querido decir laica, voluntad.
Nuestra más cordial enhorabuena a las dos grandes centrales
sindicales que se han llevado el gato al agua y enhorabuena
así mismo a sus liberados, sobre todo al gentil Lilo. La
pena es que este logro les haya llegado en horas tan bajas,
con la desbandada de afiliados que se están pegando a los
señores de CSIF y a los transparentes tipos de USO, a ambas
centrales se las acusa de excesivo “quijotismo” me refiero a
CSIF y a USO, pero no se trata de luchar contra molinos de
viento, sino de que son personas buenas e íntegras.
Pero lo motivador es que regresa Angel Gomez al que
desfenestraron y volvieron a subir a la ventana y lo hace en
plena polémica de los horarios policiales, del control del
almacén por Amgevicesa que ha sido tomado por los policías
en clave de agravio, facturas y más facturas sospechosas. ¿Y
las propuestas de Sorroche de multas con PDA,
reestructuración y orden multiplicados por el número “pi”
(3,14,16)?. Pues a la papelera.
¿No prometió el PP el “cambio”? Pues precisamente Ángel
Gómez es el espíritu mismo del cambio, eso es evidente.
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