La Asociación Sibila celebró ayer, en el colegio Santa María
Micaela la segunda sesión de su programa intergeneracional
‘Lazos afectivos’, que pretende fomentar los vínculos entre
nietos y ancianos. En esta ocasión, la excusa fue una
Jornada de Juegos tradicionales en la que se recuperaron
divertimentos como el diábolo, la peonza o las canicas.
El patio del colegio Santa María Micaela se llenó ayer con
la presencia de un buen número de ‘jugadores’, algo más
altos y más mayores que los alumnos del centro, pero con la
misma ilusión y las mismas ganas de disfrutar que los otros.
En rincones distribuidos por juegos, desde la peonza, el
diábolo, las chinas, las canicas o el yo-yó, casi una
veintena de abuelos, además de alguna madre, acudieron a la
llamada de la asociación Sibila, que los convocó para
participar en el proyecto intergeneracional ‘Lazos
afectivos’. Mediante esta iniciativa, la entidad pretende
fomentar las relaciones entre nietos y abuelos. Tras una
primera sesión hace algunas semanas dedicada a la Petanca,
los Juegos tradicionales han sido la excusa perfecta para
reunir a ambas generaciones. Si unos no habían visto una
peonza prácticamente en toda su vida, otros no habían
olvidado cómo hacerla girar cuarenta o cincuenta años atrás.
Así, todos disfrutaron, “más incluso los mayores”, decía la
maestra Mariló, “los niños se emocionan casi con cualquier
cosa, todos están disfrutando mucho”.
La responsable de Sibila, Blanca Vallejo, mostró su
satisfacción por la participación conseguida y espera
recibir el interés de más centros educativos. “Con que un
profesor se ponga en contacto con la asociación, nosotros
nos hacemos cargo de todo”, recordó, explicando que tienen
más actividades entre sus posibilidades, desde talleres de
reciclaje hasta cuentacuentos o salidas de senderismo.
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