Más de mil personas han firmado en apenas una semana un
escrito que se dirigirá al ministro del Interior, Jorge
Fernández Díaz, para que el ugandés Emanuel Mukasa, un joven
albino, sea trasladado a la Península y evitar así que
termine siendo repatriado a su país, donde le podría esperar
lo peor dado que a las personas con albinismo llegan a ser
asesinadas para usar sus cuerpos para la brujería.
El documento firmado electrónicamente por el más de un
millar de personas de toda España dirigido al titular de
Interior señala que Emanuel Kumasa huyó de su país donde los
albinos son asesinados para emplear partes de su cuerpo y su
sangre en ritos de brujería.
Asimismo, añade que cuando era un bebé y sus padres habían
muerto en la guerra, un campesino se apiadó de él y lo
protegió del exterior encerrándolo en un cobertizo para que
criara a los perros. Al cumplir los 18 huyó, prosigue el
escrito, para salvar su vida y fue capaz de atravesar todos
los peligros del viaje migratorio hasta llegar a Melilla a
nado desde Marruecos.
Sin embargo, el escrito dirigido al ministro Jorge Fernández
Díaz indica que ha pasado 1 año y 6 meses desde entonces y
el gobierno español lleva incumpliendo desde entonces la
Convención de Ginebra y la Ley de Asilo al no concedérselo
ni dejarle trasladarse a la Península, pese a que su
solicitud ha sido admitida a trámite.
Su situación, admiten, es desesperada. “Sin poder hacer nada
más que esperar, todo lo que hace es preguntarse y
preguntarle a Dios “¿qué problema hay con él?” resalta.
Por ello y en cumplimiento de la legalidad pide al ministro
que agilice los trámites para que este ser humano sea
trasladado a la Península en condición de asilo y reciba,
como determina ACNUR, “la protección internacional incluye
algo más que la propia seguridad física. Los refugiados
deberían recibir al menos la ayuda básica y los mismos
derechos que cualquier otro extranjero que sea residente
legal. Así, los refugiados tienen derechos civiles básicos,
incluyendo la libertad de pensamiento, de movimiento, y el
derecho al respeto como persona”.
|