En España no cambiamos ni aunque
nos fundan de nuevo. Pese a quien le pese seguiremos siendo
españoles con nuestros defectos y nuestras virtudes.
Dicho esto me viene a la memoria cuando, en tiempos pasados,
se decía por parte del gobierno de aquella época que no se
devaluaría la peseta, al otro día la peseta era devaluada.
Ahora sucede lo mismo, para que nada cambie y sigamos siendo
españoles. El Gobierno nos dijo que no habría el copago
farmacéutico, y no han pasado ni cuarenta y ocho horas de
esa afirmación, cuando se ha aprobado le copago
farmacéutico.
Desde el momento en que la nueva norma del Gobierno entre en
vigor, los medicamentos dejaran de ser gratis para los
pensionistas, que pasaran a pagar un 10% de su valor, con un
tope de entre 8 y 18 euros al mes, según su nivel de renta.
Esta medida, sin duda alguna, afectará a los más de ocho
millones que conforman el colectivo de jubilados.
La medida, se mire por donde se mire, es tan impopular como
necesaria, pues permitirá recaudar unos ingresos que son
necesarios y tendrán, esto es lo más importante efectos
disuasorios que contribuirá a hacer un mejor uso de los
recursos para “garantizar la sostenibilidad del sistema”,
según palabras de la ministra de Sanidad, Ana Mato.
Esta medida que ha tomado España, ya se lleva a cabo en
otros países europeos, como Italia, Francia o Alemania,
donde la medida del copago han dado buenos resultados,
rebajándose sustancialmente el gasto sanitario que, en
nuestro país, supone más de 11.000 millones de euros.
España es el segundo país mundial de consumidores de
medicamentos. Por eso no es nada de extrañar que cada
español tengamos en nuestra casa cajones llenos de
medicamentos que no valen para nada, pero que el Gobierno ha
pagado por ellos millones de euros.
Todos estos cajones de medicamentos, que para nada valen, se
tiraron a la basura la cantidad de 3.700 toneladas, lo que
supone un gasto de más de m mil millones de euros. Cosa que
nos parece una barbaridad.
Qué se evitará con el copago de los medicamentos. Pues se
evitará que, en cada casa los españoles tengamos un cajón de
medicamentos, que cuestan muchos millones de euros, para
tirar a la basura. Pues los españoles sólo reaccionamos
cuando se nos toca el bolsillo.
A esta medida hay que añadir, que aquellos extranjeros que
vienen a nuestro país a operarse por ser más barato que en
sus países de origen, se les cobre igual que cobran en el su
lugar de procedencia.
No hay que ir muy lejos para comprobar la asistencia
gratuita que se les hace a extranjeros que llegan a nuestra
tierra. Una incongruencia que se les atienda gratuitamente,
mientras que todos los españoles que pagamos la Seguridad
Social, tendremos que agar el copago de las recetas de
medicamentos.
Es un agravio comparativo que, de ninguna de las maneras, se
nos puede hacer a quienes se nos pide un esfuerzo con el
copago, y se atienda de forma gratuita a los extranjeros que
nos llegan. ¿O no?.
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