El dar las gracias no lo hago sólo por haber sido bien
tratado por motivos particulares. Estimo que cuando por
estar viviendo en un país democrático, hay hechos que se dan
en su mayoría en un régimen así, es importante resaltarlo.
El día 21 de abril, aproximadamente a las 12:45 de la
mañana, tuvimos mi esposa y yo un percance con nuestro
automóvil. Rompimos una rueda por tener que rozar la acera,
por la proximidad de otro vehículo.
Nos dirigimos a un policía local que estaba de servicio
frente a la puerta del mercado de Hadú. Este agente de
policía y su compañero inmediatamente nos prestaron todo el
auxilio que necesitábamos, con una gran amabilidad,
profesionalidad, eficacia y eficiencia, sin importarles
mancharse las manos y sin escatimar esfuerzos. Nos
resolvieron el problema y nos reiteraron que sólo estaban
cumpliendo con su obligación.
Gracias a ellos nuestro problema desapareció y no sólo
agradecemos que se resolviera, sino el talante, la actitud y
el estar ante unos auténticos profesionales, que nos
demostraron como con su trabajo dan una auténtica lección de
ciudadanía. Pondremos este hecho en conocimiento de sus
superiores policiales, porque consideramos que es de
justicia que esta actuación sea conocida por ellos.
No me cabe duda que otros cuerpos policiales, como la
Policía Nacional y la Guardia Civil también actúan del mismo
modo. Aprovechando esta oportunidad quiero reiterar lo que
le comenté a un amigo policía que actúa donde yo trabajo.
Las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado son el Escudo
de la Democracia, nos protegen. ayudan y nos proporcionan a
todos los ciudadanos y ciudadanas, con su trabajo, una mayor
calidad de vida.
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