Probablemente serán necesarias un
par de sentencias ejemplares y ejemplarizantes por delito de
incendio del artículo 351 del Código Penal y que estas
resoluciones trasciendan a la opinión pública, para que los
criminales sean conscientes de que un incendio y un
homicidio hasta pueden “salir” por lo mismo a nivel condena.
Esta vez la acción delictiva tiene claros tintes de venganza
o de represalia contra un miembro de la Udyco, venganza
rastrera por cierto el que arregla desencuentros o temas
pendientes con un hombre camuflándose en la nocturnidad para
quemarle el coche dentro del garaje de un bloque habitado,
con el riesgo que supone para todos sus moradores por el
peligro de propagación de las llamas o de explosión de los
motores de otros vehículos. La reacción fue rápida y la
actuación de los bomberos, como es habitual, de una eficacia
innegable, aunque eso no llama en Ceuta la atención ya que
la buena actuación de los del casco es la norma.
Y de nuevo se evidencian los años de torpeza y de miopía
política de quienes, siendo los responsables, no han
impuesto un sistema de videovigilancia que abarque toda la
ciudad y que permita que la Policía maneje herramientas del
siglo XXI en sus investigaciones. El Jefe José Luis Torres
(otros vendrán que bueno te harán) formalizó la propuesta en
su momento ante el anterior Delegado de Gobierno, pero ni
repajolero caso. ¿Comportamiento negligente, imprudente o
tan sólo ignorante de los llamados a garantizar tanto la
seguridad ciudadana cómo el éxito de las diligencias
policiales? Cualquiera sabe, porque esta España es un lugar
donde la mala gestión suele tener escasa repercusión y nunca
se piden responsabilidades por los fallos.
¿Cuántas veces se ha proclamado desde las páginas de este
diario la necesidad imperiosa de las cámaras de vigilancia?
De hecho, de haber instalado todo el sistema la Avenida de
Lisboa tendría sus dispositivos estratégicamente enclavados,
así como las calles adyacentes y no es que esa medida
posibilitara la detención de los delincuentes, sino que el
simple hecho de ser conscientes de que pueden estar siendo
grabados tiene un efecto considerable a la hora de perpetrar
ilícitos penales y ya hay que rizar el rizo de las extremas
precauciones, el ir con las caras cubiertas, esconder el
vehículo y toda una serie de molestias derivadas de los
obstáculos a la hora de delinquir. Las cámaras son
coercitivas para los malhechores y no suponen ninguna
violación de la intimidad de la vecina que va a comprar el
pan o que se para ante un escaparate ¿Que más le da? Al
revés, más segura está de que no le van a pegar un tirón del
bolso para robarle el monedero.
Aunque la seguridad total no existe en ningún lugar del
mundo. Porque dentro de una sociedad siempre estarán las
personas honradas y trabajadoras, los delincuentes y los
banqueros. A un criminal tan sólo se le controla con la
dureza de las penas y si es un peligroso psicópata ni con
eso, porque resulta incontrolable hasta que no le detienen y
le ingresan en un psiquiátrico penitenciario. Lo que sí se
puede hacer para salvaguardar a los ciudadanos es poner los
máximos obstáculos a los delincuentes y que los ciudadanos
tomen conciencia de que también nosotros somos responsables
de nuestra propia seguridad, porque no existe país donde
haya un policía cada pocos metros, eso es imposible de
costear. De ahí el éxito de anuncios como el ya retirado de
“Securitas Direct” donde se anunciaba que cada minuto se
roba una vivienda en España y que hay que pagar para
instalar sistemas de alarma y demás de manera que se le
obstaculice la labor al delincuente.
El caso es que un nuevo incendio inquieta a los ceutíes ¿Y
si agilizaran las Diligencias para celebrar cuanto antes los
juicios y dictar sentencia?
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