La España de la Pandereta y de la
Escopeta Nacional vuelve al ruedo entrando con furia.
La refundación de Mariano Rajoy de ‘su’ Estado del
Bienestar, lo que él cree que es un Estado del Bienestar,
con el objetivo de garantizar un futuro positivo de lo
público no es otra cosa que comerse el producto antes de
ponerlo a la venta.
Las promesas del líder pepero en las campañas electorales,
confrontadas con lo que en realidad está haciendo con sus
gestiones, le dan categoría de imitación de un Pinocho de
alta categoría.
No le crecerá la nariz, sería antinatural, pero sí le
crecerán las orejas, si bien como a todo el mundo, pensando
que hace un bien a más de la mitad de la población del país
con esos recortes y esos repagos, palabra inventada por no
sé quién, ideados en el repajo de la Moncloa.
Desde luego que la palabra copago también es un invento
moderno y se entiende como que se paga dos veces por el
mismo servicio.
En realidad deberíamos llamarlo ‘impuesto por estar
enfermo’, con lo que la enfermedad se va convirtiendo en un
lujo y que, por lo tanto, muchos españoles no se podrán
permitir al ser calculado en base al sistema de pensiones a
lo bruto y no a lo neto.
Se veía venir, sin necesidad de ser un profeta, todo este
caos en materia económica y con eso, para que Rajoy duerma
tranquilo, de pasar el clavo ardiendo a las Comunidades
autonómicas queda libre de culpa.
Lo malo lo tenemos aquí, en Catalunya, única comunidad que
insiste en mantener el euro por receta, además del copago,
repago o que te den…
Lo que en realidad ha hecho nuestro actual Gobierno es un
auténtico chantaje a las Comunidades autonómicas que no
están regidas por los peperos: obligarlas a rehacer por
enésima vez sus respectivos presupuestos y adaptarlos a las
nuevas circunstancias so pena de castigarlos con sanciones
que se guarda en la manga en caso de incumplimiento.
Las estrambóticas afirmaciones de algunos peperos acerca de
que solo serán unos 8 euros mensuales (querrá decir 18 euros
mensuales) lo que tendrán que pagar los pensionistas… cuatro
cafés de nada, deberían pensar que con esos 18 euros
mensuales sirven para que mucha gente pueda desayunar
durante todo el mes y no sólo cuatro cafés.
Los imponen, a los jubilados dos opciones, morir de hambre o
morir por falta de cuidados, impidiéndoles de paso que
puedan disfrutar de lo que les queda de vida con vacaciones
y viajecitos marca ‘Imserso’ que no pudieron realizar a lo
largo de su vida laboral.
O séase que reinventan el Estado de Bienestar de los ricos y
de los chorizos por cuanto las inversiones financieras
tienen diferente cariz cuando se refieren a una y otra
parte.
Me explico: los inversores con poder recuperan lo invertido,
a veces con mucho porcentaje de beneficios, mientras que los
inversores de pequeño poder, pensionistas y ancianos
ahorradores, se quedan sin un céntimo en cuanto se les
ocurren a las entidades financieras tocar fondo.
Estoy de acuerdo con Elena Valenciano (PSOE) en la medida de
que Rajoy está haciendo cosas para las que no ha pedido
permiso en las urnas, es más: HA MENTIDO claramente.
Sería pesado que repitiera lo que ya expuse en su día en uno
de mis artículos de opinión, pero sí repito que me ha caído
muy mal que un español, que ‘adora’ su religión católica y
que dice tener una mira muy alta en los destinos del país,
mienta tan descaradamente en la campaña electoral y trate de
convertirnos en chorlitos despistados.
Estaría de acuerdo con que los españoles asumamos el coste
de los servicios públicos siempre que nos igualemos, en
sueldos y salarios, con los europeos de más allá de los
Pirineos por cuanto los precios que rigen en nuestro país sí
son iguales que el de los que menciono y la balanza se
decanta claramente en contra del ciudadano. Más aún cuando
es mayor y con escaso poder adquistivo.
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