“La muerte de un ser querido siempre es algo doloroso y
máxime cuando ese ser era joven y tenía toda una larga vida
por delante”, así se expresaban ayer varios compañeros de
Yamal M.A., un joven policía local de 32 años que falleció
de un infarto fulmimante dejando tras de sí una esposa y dos
hijos pequeños.
Escena de dolor se vivieron ayer en el domicilio del agente
fallecido donde familiares, amigos y muchos compañeros de la
Policía Local se dieron cita para dar su último adiós a
Yamal y acompañar a la familia en estos momentos tan
difíciles, resaltándose la jovialidad, la alegría y la gran
calidad humana que poseía el difunto.
Según pudo informarse EL PUEBLO, el joven agente de la Local
se encontraba corriendo cuando comenzó a sentirse mal y a
notar una presión en el pecho y un fuerte dolor en el brazo
izquierdo, por lo que se desplazó hasta el Servicio de
Urgencias del Hospital Universitario. Una vez allí, se
acercó hasta el mostrador y tras explicar lo que le sucedía
y notificar sus datos fue atendido rápidamente, tomándole
las constantes vitales. Mientras se encontraba esperando a
ser trasladado a otras dependencias del hospital para
practicarle otras pruebas, sufrió una parada
cardiorespiratoria ante la que nada pudo hacer el equipo
médico pese a poner todo su empeño en ello.
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