Quién se comprometió a realizar
una irrupción triunfal en la Policía Local dentro de un par
de días con el aplauso y el consentimiento de las dos
grandes centrales sindicales, mientras que las bajas son un
“suma y sigue”? Según las leyendas urbanas todo estaba
preparado-concertado para el advenimiento glorioso, de hecho
ya se había anunciado discretamente que la gestión del
almacén de la Policía Local pasa a Amgevicesa, una de las
múltiples sociedades municipales terminadas en “esa”. Así
mismo, en el foro socrático de la cafetería se comentaba la
novedad que ante “los nuevos tiempos” el tema de las multas
estaba pendiente de una de las dos opciones: 1º.- Que ante
una infracción los policías avisaran a un tipo de Amgevicesa
para que cobrara. 2ª.- Que, ante la eventualidad de
cualquier imposición de sanción los policías, para curarse
en salud, avisaran a un notario para levantar acta y dar fe
pública.
¿Y qué demuestra este nuevo tipo de control? Pues “la
confianza” ante el cambio de rumbo. Ahora. “Precisamente”
ahora. Cuando tras la llegada del Jefe Sorroche, este
comprobó poco menos que horrorizado que no existía
inventario del almacén de la Policía Local. ¿Ustedes se lo
pueden creer?. Pues es veraz. Ni inventario ni control de
las adquisiciones, el material ni las facturas, pese a que
dos personas se ocupaban presuntamente del tema. ¿Y que fue
de estos dos? Pues que uno acabó a la vera del futurible
Angel Gomez y el otro lo ignoro. Aunque, siempre las
leyendas urbanas y los graffitis de los WC públicos hablan
de hechos milagrosos y de facturas y albaranes que aparecían
multiplicados cómo los panes y los peces bíblicos. ¿Algo que
alegar al hecho milagroso?.
¿El grafiti predilecto?: “Póngale una vela al polo sagrado
bicolor y eleve su plegaria”. Porque la presumible
intervención divina fue detectada por el nuyevo encargado
del almacén, un policía muy profesional y excepcionalmente
honrado y quisquilloso que pudo constatar cómo “los
anteriores” pedían a Sorroche comprar “más y más” polos
porque no había material para los agentes. ¿Y que sucedió?
Pues que, por emanación divina aparecieron en sus plásticos
(ya algo polvorientos) casi ¡300 polos bicolor!
¿Multiplicación de facturas o multiplicación de polos? Sea
lo que sea merece el respeto de los creyentes y el policía
meticuloso que entró a hacer el inventario a aquel almacén
de contenido ignoto por orden del cuadriculado Sorroche que
es persona de las que no permiten ni que un papel se mueva
de su sitio, ni jamás ha permitido la táctica de los
sindicatos mayoritarios, rectifico, ex-mayoritarios de
ejercer de supositorios, el encargado repito, puede dar fe
de ello.
¿Y cómo anda el ánimo de los policías ante las noticias de
victoria de UGT y CCOO que imponen su voluntad a la Ciudad,
pero con el añadido de que el control del almacén y las
multas con notarios cómo fedatarios públicos? Pues están
enfurecidos y ofendidos porque los políticos lleven a cabo
esta medida rigurosa “ahora” cuando desde hace 20 meses y
por vez primera en la Historia Moderna, está hecho el
inventario, se controlan hasta los céntimos de las facturas
y se ahorra.
¿Por qué no lo hicieron “antes” cuando “entonces”? Leyendas
urbanas. dimes y diretes, los sindicalistas llegan a llamar
a policía por policía para ofrecer el goloso “turno
americano” aquel que congeló Sorroche “a quien no se dé de
baja”. Pero es mentira. Los de Tráfico obligados a las 40
horas no se van a chupar el dedo limitándose a observar.
De hecho los funcionarios de la Administración Local que
están provocando una sangría en los sindicatos mayoritarios
“también” quieren turno americano. Y a quienes quitan las
jornadas partidas con excepción de un sólo enchufado a quien
sí le otorgaron a nivel político, en exclusiva ese tipo de
privilegio, andan que echan las muelas y el clamor, ya
imparable fruto del “efecto mariposa” exige que desaparezcan
los liberados sindicales y que se pongan a trabajar en plan,
como cantara el granadino Carlos Cano “¡Pepote! ¡Que ya está
bien de chupar del bote!”. UGT y CCOO le echaron en su día
un pulso al Gobierno mayoritario y legítimo de Ceuta poco
menos que “para quedarse” con la Policía Local eliminando al
incómodo y recto Sorroche... Pero no contaban con el
hartazgo de la Policía Local ante los manejos y los
privilegios de los sindicalistas y menos aún con el tropel
de bajas de afiliados que, encima quieren recusar a los
delegados sindicales y que se vayan o nuevas elecciones,
porque ya no representan más que a una minoría.
UGT y CCOO le han dado una patada a un avispero y las
avispas están dispuestas a picar hasta al Gobierno de la
Ciudad. ¡!.
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