Dicen que las familias de los
enfermos, sufren más que los propios enfermos porque cargan
con doble pena. Y cuando se trata de enfermos mentales las
dificultades se multiplican, máxime en ciudades donde los
servicios de Salud Mental presentan graves carencias. De
hecho se derivan enfermos psiquiátricos a residencias de
Málaga cuando los infinitos metros cuadrados de nuestro
Hospital Universitario presentan espacio suficiente cómo
para albergar residencia de enfermos asistidos. Y ya no
digamos para habilitar una zona para la ACEFEP, la
Asociación de familiares que tan esencial labor realiza con
estos enfermos, con esa mezcla de esfuerzo, abnegación y
entusiasmo que les caracteriza.
¿O es que ustedes no consideran auténticamente admirable el
trabajo que llevan a cabo? Máxime cuando paciente de Salud
Mental podemos ser todos, de hecho servidora está en
tratamiento neurológico por un agotamiento adrenal (tema muy
peliagudo) y absolutamente nadie está a salvo de sufrir una
alteración de la química del cerebro de mayor o menos
intensidad, ya saben, una de esas patologías que ya aparecen
bautizadas en los libros de psiquiatría y para las que suele
existir tratamiento (lento y anticuado porque obvian la
medicina holística) o al menos remedios químicos paliativos.
Pero lo cierto es que en España la neurología y la
psiquiatría en condiciones se dispensan en pocos lugares y
no tenemos una larga tradición en neuroendocrinólogos que, a
la postre y en mi semiprofana opinión, son quienes curan el
cerebro con sus neuronas, sus denditras, su sinopsis y su
endiablada y casi inescrutable química de los cojones y
perdonen la imprecación, pero los tratamientos neurológicos
son tan largos y tan excesivos que parecen capaces de
quitarle la paciencia hasta al Santo Job. Pero ¡Benditos
nootropos!.
Se necesita en Ceuta una mejor salud mental y ese Director
General de Salud mental que aparecía dentro de los futuros
proyectos en el tema sanitario. Y un local digno para acoger
las actividades y el desarrollo de las líneas de trabajo de
la buena gente de ACEFEP , donde cualquiera de nosotros en
dificultades podemos ir a buscar apoyo, bien para un
familiar, bien personal. No hablo aquí de invocar cuestiones
humanitarias, ni de virtudes lacrimosas cómo la compasión y
la caridad, sino que mi análisis parte del más puro
pragmatismo : es conveniente, es necesario y es prioritario
dar apoyo a Asociaciones cuyos servicios podemos tener que
requerir. Lo que viene a ser considerar a ACEFEP como lo que
es : una Asociación de utilidad pública. ¿Tiempos de
utilitarismo llevado a los extremos? En efecto, estamos en
crisis y no se puede gastar dinero subvencionando en Ceuta a
“Los Amigos de la Cabra Montesa” ni tampoco se puede tirar
con ese “asistencialismo” que tan ferozmente ataca Sarkozy.
Ni con los ERE andaluces. Pero el nivel y la calidad de vida
de una sociedad reside en “llegar a” es decir, aunque sea
parcheando un poco por los recortes, no dejar a un lado las
prioridades y tampoco considero que el presupuesto de la
Ciudad Autónoma entre en recesión por habilitar un local en
condiciones para una Asociación que cumple con un servicio
altruista, necesario, mejor dicho, indispensable y que
incide directamente en la calidad de vida de los enfermos y
de los familiares y su entorno.
Porque tampoco estamos tan mal, por mucho que el Presidente
Rajoy lance fulminaciones para meternos en la sesera la
moral del ahorro. Desde el momento en que la alcaldesa de
Madrid ha heredado de Ruiz Gallardón un suntuoso despacho
que es ¡más grande! que el de Obama en la Casa Blanca (y
ahora que es Ministro ¿Se instalará como poco Albertín en la
catedral de la Almudena usando como mesa de despacho el
altar central? flaco favor a la imagen real del PP, nosotros
“no somos así”). Vamos apretados, pero siempre se puede
destinar una subvención para dotar a Asociaciones de un
espacio digno ¿Y quien lo va a solicitar formalmente en el
próximo Pleno de la Asamblea? Pues como es lógico el
inevitable Carracao que más que líder del PSOE parece
ejercer de Defensor del Pueblo, de hecho cada vez que
alguien me viene con un problema o una cuita le derivo a
Carracao que viene a ser la excepción que confirma la regla
de que, socialistas de Ceuta aparte, el resto no vale ni un
colín y no los quiero ni que me los traigan sentados en lo
alto de una bandeja de embutidos Ibéricos.
Pero para no ser injustos hay que aclarar que la eficaz
Rabea está en el ajo de buscar acomodo a la Asociación y
hace lo que puede y lo que le dejan. Y suele hacer mucho y
muy bien y en este caso me consta que se esfuerza y se
compromete. ¿Consejo? Los metros desaprovechados del
Hospital.
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