Y a quien puede habérsele ocurrido la chambosa de idea de
volver al tiempo de “los papelillos” para justificar el
empadronamiento en Ceuta a la hora de viajar? Lo del “carnet
de residente” podría ser una alternativa, de hecho es la que
propone Mohamed Alí en nombre de su Coalición, pero tenemos
que considerar que en el DNI no pueden aparecer datos falsos
y que es con el carnet de identidad con el que los
ciudadanos nos movemos.
Así con el simple domicilio en el DNI se acredita todo lo
acreditable bajo riesgo de incurrir en un delito de falsedad
si los datos que aparecen no se corresponden con la
realidad. Demasiado enrevesado todo lo relativo a tanta
justificación y tanto recelo, con las lógicas excepciones,
porque hay casos cómo el mío concreto en el que residiendo
ya quince meses en Ceuta no he conseguido el empadronamiento
por la multitud de trámites y exigencias y eso que no me
encuentro empadronada en un piso de cincuenta metros junto a
otras veinte personas. Supongo que será algún tipo de
directriz política para impedir el aparecer en el padrón a
gente de Atapuerca con licenciatura universitaria. Pero,
discriminaciones aparte, incluso una especie de “carnet de
residente” ceutí o melillense parece equivaler a un
tratamiento desigual con el resto de España. Realmente no
existe ninguna Autonomía donde se exija ese tipo de DLI es
decir, Documento Local de Identidad y de hecho cuando los
catalanes comenzaron a tapar la E de España en los vehículos
para introducir una C de Cataluña se armó la marimorena.
¿Y quien no recuerda cuando en el País Vasco comenzaron a
emerger hace ya unos años y en plena vorágine del
nacionalismo una especie de carnets de identidad vascos, se
les consideró documentos falsos, porque lo eran. ¿Y ahora
vamos a aparecer los ciudadanos de las dos joyas de la
corona de España, léase Ciudades Autónomas, con una especie
de engendro acreditativo de que somos quienes decimos ser y
vivimos donde decimos vivir? ¿O es que piensan que la
ciudadanía se dedica a falsificar documentos de identidad?
Tampoco merece la pena por un descuento en el barco el vivir
con la espada de Damocles sobre la cabeza porque nuestra
documentación contenga datos falseados o por optar a mejor
tratamiento fiscal. De hecho ni Ceuta ni Melilla son Andorra
donde sí han fijado deportistas y millonetis sus residencias
a lo largo de los años.
Tratamiento desigual y discriminatorio ¿Necesita un
madrileño un carnet de residente en Madrid para poder
moverse si en el DNI consta como dirección calle Goya 17
Madrid?. Todo chamboso, el “papelillo” obtenido tras hacer
cola, cómo en los tiempos de la cartilla de racionamiento y
el estraperlo, aunque ahora no se trata de adquirir pan,
azúcar y garbanzos sino rebajas en esas navieras que no se
deciden a nacionalizar aplicando el conocido postulado de
Kant “Contra los abusones, nacionalizaciones”. ¿O no era de
Kant? Disculpen el lapsus, pero no se puede estar “en todo”.
Lo evidente es que hay que reconocer el mérito de Mohamed
Alí por haberse interesado por la amenaza de “el regreso de
la cola y el papelillo” porque son ese tipo de incomodidades
las que amargan a la ciudadanía. Todo lo que sea burocracia
y “papelillos” significa pérdida de tiempo y agobios. ¿O es
que existe alguien a quien la burocracia no le parezca
esencialmente aborrecible? En esta ocasión el abogado de
Caballas ha sabido adelantarse y “vibrar” con la
sensibilidad colectiva y tal vez debería extender su campo
de actuación al hecho de que si se llega a Ceuta a las diez
de la noche, estragadito por la travesía y sin haber tomado
el café aguado de la cafetería del barco por no pagar los
precios del Ritz, el viajero se encuentra con las dos
cafeterías de la Estación Marítima cerradas a cal y canto.
¿Y han visto ustedes alguna Estación Marítima que se precie
donde antes de que acabe el servicio todo se encuentre
cerrado?
Es más ¿Han comprobado ustedes que hasta en la más humilde
estación de autobuses de España hay un puestecillo con
periódicos y chucherías? Pues en la abolengosa Estación
Marítima de Ceuta no hay puesto de prensa, es decir, que se
niega subrepticiamente el derecho a la información y al
tiempo se impide que quienes llegan puedan tomarse un café
caliente y un donuts. O a la inversa, porque pueden ser
quienes parten hacia la Península previo trámite de rebaja
en los billetes si se ha tenido la inmensa suerte de que,
viviendo en Ceuta, accedan a empadronarte y te proporcionen
“el papel” porque aunque se cambie el DNI con el nuevo lugar
de residencia no es bastante. Al menos aquí.
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