La existencia del fundamentalismo
es la demostración única de corrientes anti-modernas y anti-democráticas,
a pesar de que es un fenómeno moderno, que implica la
traducción literal de determinado texto como una autoridad
máxima ante la cual ninguna otra puede invocarse.
Si además se impone, muy por encima, sobre las leyes de las
sociedades democráticas… vamos perfectamente servidos para
matarnos los unos a los otros.
En sus inicios, aún no existía la palabra fundamentalismo,
condenaban efectivamente a la hoguera a quienes
desobedecían, siquiera una coma, los postulados que emanaban
unas leyes intangibles e ideadas por un disparatado
‘sucesor’ de cualquier profeta bíblico.
Hoy en día no pueden hacerlo, lo de quemar en la hoguera,
pero sí pueden hablar, acusar y condenar espiritualmente sin
cortapisas alguno.
Gajes de la libertad de expresión.
Si uno habla a favor de ETA… al momento se encuentra entre
rejas acusado de apología al terrorismo y si uno habla a
favor de cierta religión tremendista… es ensalzado hasta que
lo colocan en un altar.
Si el obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig, tiene
la total libertad de arremeter con dureza, en su homilía
sobre los ‘Santos Oficios del Viernes Santo’, contra
determinados sectores de la ciudadanía… ¿por qué no
arremete, precisamente, contra ese sector de los ensotanados
de rasgos pederastas?
Como en otra ocasión mencioné, me reí mucho con esa
expresión de los ‘clubs de hombres nocturnos’, imaginándome
cómo llamaría Juan Antonio Reig a los seminarios y a esos
lugares regidos por un abad, aunque se acuesten con la hora
de completas y se levanten con la hora de laudes.
Eso que acaba de hacer el señor obispo de Alcalá de Henares
es apología al terrorismo religioso y pregunto: ¿es pecado
civil eso? ¿es condenable en igualdad de condiciones que las
otras apologías?
Asumir el papel del ‘Señor de las Tormentas Tenebrosas’ debe
ser muy duro para quién lo acepte, pero para Juan Antonio
Reig parece que es el papel de su vida.
En ningún pasaje de la Biblia, ni del Nuevo Testamento,
existe alguna referencia en la que el fundador de la
religión cristiana suelte diatribas contra el sexo… ¿por qué
esa enfermiza obstinación con el sexo de los que visten
sotana?, ¿de dónde han sacado que follar libremente conduce
al infierno?, ¿tan envidiosos son por no disfrutar de los
placeres sensuales que nos ofrece la vida?, ¿sólo quieren
que follemos únicamente para parir una y otra vez?, ¿con qué
derecho creen obligarnos a acatar lo que ellos imponen con
amenazas espirituales?
Bueno, sería muy largo apuntar aquí todas las preguntas
retóricas que tengo a punto de expectorarlas, pero me cabrea
bastante que ese señor del cucurucho en la cabeza hable a
través de la televisión en horario infantil y mi hijo
pequeño, con sus nueve añitos, me pregunte:
- “Papá… ¿Qué es eso de club de hombres nocturnos?
- Nada hijo, creo que se refiere a bares que abren de noche…
- ¡Ah!, hummm… ¿Qué significa adulterio?
- Hijo, cuando se llega a adulto -¿qué otra cosa le puedo
decir?-
- ¿Por qué dice que mamá lleva el sufrimiento en el corazón
y no puede dormir si la veo siempre más dormida que una
marmota?
- ¡Anda, hijo!, no hagas caso a ese tío y vete a jugar con
tu Spiderman…
No es por no querer sincerarme con mi hijo pero considero
que aún es muy pequeño para liarse la maroma a la cabeza con
historias que solo producen asco. Si fuera por mí, no habría
dejado al niño Jesús, en el Belén, sin vigilancia… curas
pederastas hay y monjas vendedoras de niños también.
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