La vocación del caminante es
caminar,
la del marinero, navegar,
la del pastor, pastorear,
la del poeta, versar,
la del pobre, salir de la pobreza,
la del rico, enriquecerse más,
la del ser humano, hacer carrera.
Cuidado con las vocaciones
de caminar sin horizonte,
de navegar sin mar entre llamas,
de pastorear devorando sueños,
de versar palabras que matan,
no os atemorice la miseria,
ni os engrandezca la avaricia,
que si la necesidad ahoga,
por la abundancia llega el derroche.
Odiar es un dilapidación del alma
y el alma es nuestra mayor fortuna.
Deshumanizarse es un despilfarro de vida
y la vida es nuestro mayor tesoro.
La venganza es malgastar el tiempo
y el tiempo es nuestro mayor juez.
Antes de empezar un camino de odio,
deshumanización y desagravio,
hay que pensarlo dos veces,
el dolor es ineludible,
pero el sufrimiento es eterno.
Esta vida no es un juego, sino un deber,
cumplid con la obligación, cumplid
y dejad obrar a la conciencia,
para vivir la vida, de tal modo y manera,
que sobrevivamos como el amanecer,
renaciendo cada día, sin saber cómo ha renacido,
la aurora en nuestros labios, detrás de cada noche.
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