Realmente en una mini-campaña
electoral hay tiempo para diversas actividades y la
postulación de Juan Vivas para seguir presidiendo el Partido
Popular entiendo que ha de ir sustentada en “algo al menos”
de campaña. Por más que el Presidente piense no estar para
eventos ya que su discurso y su gestión son de sobras
conocidos y están reiteradamente avalados por las urnas.
¿Perspectivas reales? “Sin campaña al uso” ¡Miren cuanta
modestia!.
Porque lo anuncia simultáneamente a la organización de
charlas, encuentros, seminarios y potenciación a todos los
niveles del sustrato intelectual de la militancia. ¿Y qué
mejor anuncio de campaña que la propuesta de una formación
doctrinal e ideológica mantenida en el tiempo y en el
espacio?. Astuto Juan Vivas que tira la piedra del
compromiso de evolución intelectual y esconde la mano, cómo
si con él no fuera “la cosa”.
¿Vuelta tal vez a la ambiciosa ilusión de finales de los 70
cuando en la destartalada sede madrileña de la calle Silva
23 se nos hacía aprender de memorieta los postulados de
Alain de Benoist exponente de la Nouvelle Droite francesa?
Por ahí, por ahí se comienza el semillero capaz de convertir
a cada militante en un politólogo de campanillas. Si el
militante así lo desea, aunque no conozco a nadie que no
tenga interés en ampliar su abanico de conocimientos y al
tiempo mejorar como persona.
¿Cabe oferta de campaña más abolengosa? Realmente no, ya
decía Luis Pasteur, el científico que descubrió que los
microbios pueden provocar enfermedades que “El azar favorece
a la mente preparada” y eso viene a significar que la
oportunidad más la preparación es igual a buena suerte. Y
unas elecciones donde se decide el Gobierno de una ciudad o
de una Nación y en las que se vota a unos representantes que
son los llamados a gestionar y defender los intereses de la
ciudadanía, no deben ser en absoluto un acto visceral, ni
pueden serlo porque se corre el riesgo de acabar gobernados
por payasos del estilo de Chavez el venezolano. El pueblo
vota carisma, pero también preparación intelectual y
capacidad empíricamente demostrable. Y no se nace
“capacitado” sino que, en un primer lugar se tienen una
intención y un deseo de “llegar a ser”. Así lo señala el
Upanishad, texto védico milenario: “Tú eres lo que tu deseo
más profundo es. Cómo es tu deseo, es tu intención. Cómo es
tu intención, es tu voluntad. Cómo es tu voluntad, son tus
actos. Cómo son tus actos, es tu destino”.
¿A que resulta algo “muy cultureta” una alusión a los textos
védicos? ¿Que cómo se traduciría al castellano castizo?
Bueno sería algo cómo lo de que “Si te lleva el diablo, que
te lleve en coche”. Pero resumiendo, resulta ilusionante el
reto de ver batirse a dos aspirantes en el terreno de las
ideas. Por más que Juan Vivas, con su proverbial templanza,
anuncie que no va a entrar en duelos con nadie. Y yo digo
que mejor que añada “por ahora” porque antes hay que ver el
talante con el que acude el contrario. Si todo discurre cómo
la seda, sin indirectas y mucho menos “directas”, de forma
educada y adecuada de forma que los postulantes y sus afines
salgan sin un sólo rasguño, todo muy protocolario y con
toneladas de corrección política de por medio, será algo
tedioso pero intrínsecamente correcto.
El problema es que Juan Vivas puede tener un férreo control
de su discurso y autolimitarse a “mejorar lo mejorable” y
“insistir en lo que ya no puede mejorarse más, por si acaso
erramos en la creencia de su perfección”. Pero ¿Exudará el
contrario idéntica mesura y contención? Porque cuando
alguien aspira a quitar al contrario para ponerse él, no
suele utilizar expresiones del “Lourdes lingüístico” (este
calificativo lo fraguó un filósofo italiano neocon, es
decir, de la derecha neoconservadora, mi admirado maestro
Sartori, para no mentir).
Tendremos por el momento que contentarnos con esta
avanzadilla de propuestas enjaretada por el Presidente Vivas
que, cómo tantos, es poco amigo de bicefalias innecesarias
porque no le interesa el reinado de los Austria.
Pero potenciar a todos los niveles la formación de afiliados
y simpatizantes es ya de por sí una oferta muy golosa que
para algunos resulta irresistible. Pero nada de prejuicios
(entiéndase cómo “Juicios previos”) habrá que esperar la
oferta de la segunda opción y evaluar cual de las
trayectorias resulta más fiable. Esto no ha hecho más que
empezar.
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