A las 19.30 horas le tocaba el turno a la hermandad conocida
por la de ‘Los Remedios’ para iniciar su Estación de
Penitencia, pero las malas previsiones meteorológicas
provocaron que la junta de gobierno, tras mantener una
reunión y aplazar en media hora su salida, decidiera
finalmente quedarse en el templo por segundo año
consecutivo.
Faltaban unos minutos para las ocho de la tarde cuando el
hermano mayor de la Real y Fervorosa Hermandad y Cofradía de
Nazarenos del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra
Señora del Mayor Dolor, Antonio Aragón, se dirigía a los
cientos de ceutíes presentes en la parroquia de Nuestra
Señora de los Remedios para anunciar la decisión tomada por
la junta de gobierno, que no era otra que la de, por segundo
año consecutivo, no realizar la Estación de Penitencia
debido a la inestabilidad meteorológica donde la lluvia
estuvo haciendo acto de presencia de forma intermitente
durante toda la tarde y provocó que el Viernes Santo se
cerrara con la suspensión las salidas procesionales de las
cuatro hermandades. Antonio Aragón, durante su intervención
para dar la triste noticia a los presentes se mostró
bastante apenado pero destacaba que “tras la decisión tomada
puede llover o no llover, pero no podemos poner en riesgo el
patrimonio de la hermandad y mucho menos a nuestros
titulares”.
Lágrimas, mucha tristeza y bastante frustración eran algunas
de las sensaciones que se podían vivir por cada rincón de la
Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios.
Tras la decisión, el director espiritual de la Hermandad de
la Buena Muerte, el padre Marcos fue el encargado de
presidir un emotivo Vía Crucis que se realizó por el
interior del céntrico templo y que contó con la
participación, no sólo por los miembros de la Cofradía, sino
por todos los ceutíes que se dieron cita en la Iglesia. Una
vez finalizadas las catorce estaciones y el recorrido por el
interior del templo, las bandas contratadas por la Hermandad
para acompañar al Santísimo Cristo de la Buena Muerte y a
Nuestra Señora del Mayor Dolor interpretaron varias marchas
procesionales.
El ir y venir de ceutíes fue constante, buscando siempre
poder acercarse a los magníficos pasos de la hermandad
conocida por ‘Los Remedios’ y mostrarle su fe y devoción a
las imágenes titulares. La junta de gobierno tomó la
decisión, después de no poder realizar la Estación de
Penitencia, de mantener las puertas del templo abiertas para
que todos los, cofrades en particular y ceutíes en general,
que quisieran se acercaran para arropar en esos duros
momentos a la cofradía.
Finalmente, alrededor de las 23.30 horas, fue cuando la
hermandad daba por terminado el Viernes Santo, una jornada
que quedó marcada por la lluvia, elemento este que ha
deslucido la celebración este año de la Semana Santa.
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