La Santa Iglesia Catedral de Ceuta fue escenario de la
salida procesional, con ejemplar puntualidad, de la
Hermandad de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Caído y
Virgen Santísima de la Amargura de San Juan de Dios. Tras
abandonar la sede de Manzanera que durante diez años cedía
la Hermandad de la Pollinica, la Hermandad salió del templo.
Extraordinaria expectación bastantes minutos antes de la
salida procesional de la Hermandad de Penitencia de Nuestro
Padre Jesús Caído y Virgen Santísima de la Amargura de San
Juan de Dios, en el entorno de la Santa Iglesia Catedral.
Con ejemplar puntualidad, los dos pasos, el de misterio y el
de palio, iniciaban su peregrinar por las calles de Ceuta en
una salida procesional que concitó la asistencia y presencia
de miles de personas en torno al recorrido de los sagrados
titulares de la Hermandad.
Se da la circunstancia de que la Hermandad no tiene un lugar
fijo para realizar su salida procesional, desde que
abandonara la sede de Manzanera que la Hermandad de la
Pollinica le cedía para efectuar su Estación de Penitencia.
Así, durante los dos últimos años, Nuestro Padre Jesús Caído
y la Virgen Santísima de la Amargura empiezan su andadura
por las calles de Ceuta desde la Santa Iglesia Catedral
ceutí.
El recorrido previsto era el siguiente: Santa Iglesia
Catedral, O’Donnell, Alcalde Sánchez Prados (carrera
oficial), plaza de la Constitución, Paseo del Revellín,
Ingenieros, Santander, Velarde, Amargura, Cervantes,
Ingenieros, Castellanos, Paseo Colón, Jáudenes, O’Donnell y
a su templo.
Acompañaban a los dos pasos, el de misterio y el de palio,
la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Caído y Nuestra
Señora de la Amargura y la Banda de Música Ciudad de Ceuta.
Los ceutíes mostraron su devoción al extraordinario paso de
caoba y plata de Nuestro Padre Jesús Caído, ayudado por la
nueva imagen del cirineo. Tras él, el paso de palio de la
Virgen Santísima de la Amargura, doliente y afligida, que
acompañó a su hijo durante la salida procesional por las
calles ceutíes.
Presente estuvo Darío Fernández Parra, autor de los dos
pasos, que tiene por tradición acompañar sus salidas
procesionales.
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