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OPINIÓN - DOMINGO, 1 DE ABRIL DE 2012

 
OPINIÓN

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


LUNES 26.


Cuando estoy a punto de escribir sobre las elecciones andaluzas. De la victoria amarga de Javier Arenas, que se ha ganado ya con creces el título de perdedor, me cuentan el nuevo atentado que se ha perpetrado contra Parque Ceuta. Un atentado en el garaje del segundo bloque, y que ha podido causar daños personales muy graves. Conviene recordar que el garaje del primer bloque fue también objeto de una canallada por el estilo, hace ya meses. Y, claro, entiendo que prima opinar de lo segundo, que tiene más importancia para nosotros que analizar los motivos por los que El Niño Arenas no acaba de ganarse la voluntad de sus paisanos. Un asunto digno de estudio sociológico. Porque si no ha ganado ahora, don Javier, cuando las circunstancias concurrentes le habían puesto a huevo el poder convertirse en Presidente de la Junta de Andalucía, pienso que ya debería dar por concluida sus ambiciones al respecto. A lo que iba, que es sumamente importante para esta ciudad recordar que no cesan los atentados contra los garajes y la quema de vehículos. Con el consiguiente peligro para las inquilinos de las viviendas. Entiendo las dificultades de la Policía para resolver estos casos. Comprendo que el delegado del Gobierno vaya dándose cuenta de que no es tan fácil poner fin a esos atentados. De la misma manera que es conveniente recordarle a Francisco Antonio González lo bueno que sería que dejara de mirar hacia atrás para decirnos que ahora se está actuando mejor que entonces. Porque las comparaciones son siempre odiosas. Pero en este caso, además de serlo también, son tan innecesarias como baldías.

Martes. 27


Hacía ya un mundo que no veía a Juan Hernández, director de la cárcel de Ceuta. Creo que la última vez que charlamos fue cuando yo estuve, invitado por él, en una fiesta celebrada en Los Rosales. Fiesta en la que tuve la oportunidad de mantener una charla con personas que estaban recluidas. Charla amena, donde pude reírme de las ocurrencias de mis oyentes, y luego disfrutar de un aperitivo. Tiempo aprovechado para saber más de quienes supieron atenderme muy bien. Así se lo he recordado a JH, en cuanto nos hemos hallado hoy. Y lo primero que ha hecho el director de la cárcel de Ceuta es invitarme a que vaya el sábado a otra cuchipanda anunciada en su lugar de trabajo. Y, a renglón seguido, no ha dudado en hacerme el artículo de esa celebración. No le he prometido mi asistencia. Pero lo que si haré es destacar, una vez más, el entusiasmo con que el director de Los Rosales habla de cualquier acto que se celebre en el centro penitenciario.

Miércoles. 28


Cuando salgo a tomar mis copichuelas, lo que más me agrada es estar de palique. Me encanta la conversación intrascendente. El pegar la hebra porque sí. Reírme de lo que merezca la pena hacerlo y contar y oír anécdotas que animen a sobrellevar los problemas que cada cual tenemos y con los que no hay, salvo excepción, que atribular a nadie. Quienes me conocen saben que jamás eludo preguntas ni dejo a nadie con la palabra en la boca. Trato de ser amable, sin caer en lo almibarado, y cuando algo me desagrada no tengo el menor inconveniente en salir de naja. También sé que lo que yo escribo no le puede gustar a todo el mundo. Y admito, como no podía ser de otra forma que se me reproche tal o cual exposición que yo haya hecho en mi columna diaria. De la misma manera que aprecio el halago justo. Pues mentiría si dijera lo contrario. Lo que llevo mal es cuando alguien aprovecha que está en mi reunión para contarme todos los días el mismo cuento. Ese cuento del alfajor que se ha aprendido con ánimos de molestarme. Entonces, en vista de que he cumplido ya muchos años como para aguantar las impertinencias de persona alguna, máxime si es reincidente, lo primero que se me ocurre es tratarla sin el menor respeto. Siento, de verdad, que Javier Arnáiz, arquitecto municipal, no se haya dado cuenta todavía, después de muchísimo tiempo relacionándonos, que su proceder me causa irritación. No por lo que dice, sino porque su insistencia está fuera de lugar y, encima, me aburre. A mejorarse. Señor arquitecto municipal.

Jueves. 29

La huelga general es la gran protagonista del día. Una huelga que no venía a cuento. Por más que Mariano Rajoy, en el poco tiempo que lleva viviendo en La Moncloa, se haya ganado el derecho a que se le recuerde que una mayoría absoluta no es ni un cheque en blanco ni significa que vaya a ser eterna. Para el Gobierno ha sido una semana mala de solemnidad. Todo empezó el domingo en Andalucía con esa victoria de Javier Arenas, tan amarga como de escaso valor. Un varapalo en las urnas que dejó a los populares tocados de un ala. Las elecciones andaluzas dieron bríos a los sindicatos. Pero se ha vuelto a demostrar que el sindicalismo está de capa caída. Y, sobre todo, la gente está convencida de que sus líderes viven de lujo. Puesto que son muchas las subvenciones que reciben los sindicatos y… bueno para qué seguir ahondando en algo que está ya tan manido. En Ceuta, el líder de las Comisiones Obreras, ante el fracaso rotundo de la convocatoria de huelga, hizo lo de siempre: meterse con los ceutíes, llamándoles parásitos y clamando contra la prensa. El secretario general de CCOO no quiere asumir que su impopularidad está dañando la imagen de su sindicato. Pero a él le importa un bledo que el sindicato esté tan mal visto. Dado que Aróstegui forma parte de las personas más pudientes de la ciudad. Gracias a diversos sueldos, que hacen posible que perciba tal cantidad de euros que puede marear en los tiempos que corren.

Viernes. 30


Unamuno elogiaba en Salamanca, ante el claustro, al escritor paraguayo Rodó, y sus colegas universitarios le reprocharon. Pero profesor, ¿cómo elogia usted a alguien que ni tiene estudios? Y el filósofo respondió: No tiene estudios pero es un maestro. Nadie tiene autoridad, ni moral ni civil ni periodística ni política ni nada, para desautorizar el trabajo de una persona porque tenga éstos o aquellos estudios. Es lo que me veo obligado a referirle a uno que no cesa de decirnos los títulos que tiene. Es alguien que comparte reunión con varios conocidos, entre los que yo me encuentro, y que no se cansa de darse pote por sus muchos estudios. Fue entonces cuando me acordé también de parafrasear a Ortega y Gasset diciendo que hay tontos con muchos títulos. Porque presumir de títulos es tan absurdo como cuando un autodidacto, por muy genial que sea, saca pecho por haberse instruido a sí mismo y haberse hecho con unos saberes sólidos y verdaderos. En fin, a veces uno tiene que ser un poco incisivo. Lo cual no deja de ser fruto de la reacción ante las sandeces, que obligan a afilar los dientes.

Sábado. 31


La semana comenzaba mal. Pues fue el lunes cuando nos enteramos de que los pirómanos habían vuelto a actuar en Parque Ceuta. Donde el garaje de la segunda fase se convirtió en un infierno. Llamas, humo y miedo fueron protagonistas durante un tiempo que se les hizo eterno a quienes lo padecieron. Pues bien, hoy, cuando la semana está tocando a su fin, la noticia que recibimos es inmejorable: ha habido tres detenidos, a los que, presuntamente, se les considera autores de la quema de vehículos. Conviene, pues, alegrarse del hecho y felicitar tanto a la Policía Nacional como a la local. Por la celeridad con la que han conseguido poner a los presuntos terroristas a buen recaudo. Y ojalá que el fiscal tenga, en esta ocasión, pruebas suficientes para hacer su trabajo y pedir las correspondientes penas. Aunque en estos momentos, lo ideal sería que nadie echara las campanas al vuelo. Ya que los policías están para eso, es decir, para perseguir y detener a los delincuentes. Y las autoridades gubernativas, en este caso, el delegado del Gobierno, para contarnos, cuando toque, la labor desarrollada por los funcionarios. Sin jactancia alguna. Como debe ser. De cualquier manera, no cabe la menor duda de que Pacoantonio y Torres estarán sumamente contentos. Lo cual es lógico, comprensible y… enhorabuena.
 

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