Han confluido varios extremos para
culminar con éxito la investigación del peligroso incendio
provocado en Parques de Ceuta. Por una parte el calificar
por fin adecuadamente de delito de incendio con grave riesgo
para la vida humana del artículo 351 del Código Penal este
tipo de acciones criminales, han dado al delito su justa
perspectiva y la gravedad de la pena que lleva aparejado
este supuesto servirá de “aviso a navegantes” para los
delincuentes que con anterioridad se veían “premiados” con
una pena por “daños”. Y es la dureza del castigo y los años
en prisión los únicos factores capaces de disuadir a los
malhechores.
Esta ha sido la inamovible opinión de este periódico, cómo
lo ha sido el proclamar que no existe eso llamado
“vandalismo” sino un terrorismo urbano sin calificar en las
agresiones a los policías y los destrozos y atentados contra
la propiedad. Nosotros siempre con un criterio tozudo y
cabezón y el tiempo viene a darnos la razón porque ya hoy un
delito de incendio es en Ceuta eso mismo, un delito del
artículo 351 y nuestra férrea y obstinada opinión sobre la
perentoriedad de castigar con severaidad el terrosimo urbano
ha tenido eco en la intervención de un político catalán del
PP que ha pedido que, con carácter de inmediatez se legisle
sobre los “actos vandálicos” perpetrados por delincuentes
antisistema durante la jornada de huelga general, incendios,
robos, pillaje, destrozos, agresiones, cómo lo que es:
terrorismo urbano llevado a cabo por individuos que
presentan rasgos de gran peligrosidad social.
Ni “vándalos” ni “gamberretes” ni cipotes en adobo, actos
que causan miedo, aterrorizan a la población y que están
configurados por un concurso de delitos, agresiones,
atentados a agentes de la autoridad, daños y un largo
etcétera en el que se enmarcan posturas que van desde robar
las piezas de los vehículos siniestrados (siempre con grave
riesgo para la vida ya que el depósito puede estallar y
salir fragmentos de efecto metralla) a destrozar y robar en
los grandes almacenes como hicieron en Barcelona con motivo
de la huelga general. Y grave problema tienen en Cataluña
con los criterios de la Fiscalía, asunto que en Ceuta se va
enmendando por lo que los Tribunales parecen ir tomando en
cuenta el descontento y el clamor social.
¿De qué sirve que el CNP se parta los huevos investigando y
deteniendo si los delincuentes se van en libertad y haciendo
cortes de manga? ¡Ay esa reforma urgente de las Leyes
Penales llevada a cabo por juristas con los pies en el
asfalto que no en los suelos enmoquetados de los despachos!.
Reformas al margen lo que no hemos comprendido bien es si
las Diligencias del último incendio, con sus autores
plenamente identificados, con pruebas tangibles intervenidas
en el lugar de los hechos y con la confesión de los propios
acusados, son secretas.
Mucha alegría me parece a mí que hay en esta plaza con el
secreto de las diligencias, porque es procedente en el caso
de investigaciones donde existan intervenciones telefónicas
y quede gente por detener o cuando se estén obteniendo
pruebas y practicando diligencias que no pueden ser
conocidas para no obstaculizar la investigación, pero si los
autores están ya detenidos y hay una declaración con todas
las garantías, parece que el secreto no es necesario. Es
más, a la ciudadanía hay que resarcirla del susto contando
con gran lujo de detalles cada extremo e informando de cómo
califica el fiscal los hechos y lo referente a la situación
personal de los acusados, es decir, si ingresan en prisión.
En casos que provocan una grave alarma social cualquier
explicación es poca y cuenta así mismo el factor psicológico
porque los delincuentes leen los periódicos, ven las
noticias y se enteran de lo que les pasa a los colegas
detenidos por idénticos hechos a los que ellos llevan a cabo
y ante las consecuencias desfavorables se suelen asustar y
mucho. Efecto disuasorio con casos concretos bien
publicitados. En eso precisamente es un gran experto y
virtuoso el presidente Sarkozy que va de cabeza a repetir en
el Elíseo a fuerza de apretar las tuercas a los malos.
¿Pintadas amenazadoras contra el Delegado y la Policía? La
mejor prueba del éxito de sus actuaciones.
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