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OPINIÓN - DOMINGO, 1 DE ABRIL DE 2012

 

OPINIÓN / SNIPER

Primavera en el Rif


José Luis Navazo
yebala07@yahoo.es

 

Tímida, cadenciosa, más que lluvia esto es un “orbayu” pero la tierra, seca, parece esponjarse recibiendo cada gota con avidez y glotonería. En Marruecos, todavía en buena medida “gobernar es llover” y si no repasen la masiva importación de cereales de los últimos meses: ante una caída de la producción que puede llegar hasta el 50%, entre el pasado junio y febrero de 2012 se han importado solo de América del Sur 400.000 toneladas de trigo.

La carretera de la costa, “La Corniche Mediterranée”, sigue avanzado a buen ritmo: si el tramo Nador-Alhucemas nos ahorró el serpenteante tramo de Casita, ahora desde Alhucemas a Punta Pescadores es un paseo pero más allá, desde Yebha (antiguo Puerto Capaz) hasta Oued Laou y Tetuán, la caja abierta de éste tramo se muestra como una brutal herida en el paisaje y, pese a los pronósticos, dudo mucho de que esté acabada para el verano. Por las montañas del interior Bab Berred ha sido, ¡albricias!, al fin asfaltado y entre Ketama y Targuist, espartanas marquesinas de hierro protegen a los viajeros de las inclemencias a la espera del autobús. Pero la ruta sigue siendo penosa, con el asfalto sin pintar aun cuando algunas curvas han sido mejoradas. Unos trescientos kilómetros separan la tierra de La Lavanda de la Blanca Paloma de la Yebala, pero cuenten con paciencia y cuatro horas para hacer el trayecto. El yebel Tidirhine, alzado con sus 2.450 metros en el Rif central, marca dos espacios: si hacia Xauen aun se mantiene cierto verdor (Bab Berred es donde más llueve de todo Marruecos), bajando hacia Targuist y siguiendo hasta Alhucemas la aridez del terreno va abriéndose camino. Si decidimos acortar abruptamente bajando hacia Badis (Torres de Alcalá), un seco “wadi” nos espera al final, entre chumberas y tierras de cereales cultivados en terrazas y pequeñas explanadas, sobre las que señorean su presencia las típicas varas de hierba que tanto se asemejan a sus homónimas asturianas y gallegas. ¡Ay la añorada tierrina, siempre presente en el alma y el corazón!. Y continuando hacia la luminosa Alhucemas, la antigua Villa Sanjurjo fundada por España, los cauces secos de los “Oued” Amdouch, Tizirene, Snada, Imalsinem, Merika y Bouham, nos acompañan con sus fauces abiertas llenas de guijarros casi hasta el cruce en que podemos desviarnos por Izemouren, saliendo cerca de la costa, o continuar por la carretera general para alcanzar finalmente Alhucemas. Ahora pueblos y aduares parecen tranquilos, pero en el Rif aun vibran los duros enfrentamientos de los últimos tiempos con los efectivos policiales del “neo Majzén”, que parecían retrotraernos a tiempos pasados. La memoria histórica late muy viva, el fantasma de la figura del legendario Mohamed ben Abdelkrim El Jatabi aun cabalga desde Axdir y el descontento y la desafección laten a flor de piel. La del Rif, como diría L. Bronfield, es “la historia de una tierra fecunda mal explotada, asesinada por negligencia, codicia o ignorancia” y en Cala Quemado, la playa urbana de Alhucemas, los nuevos hoteles en construcción al pie de la misma (un crimen ambiental y ecológico) les roban hasta la misma arena a los bravíos rifeños.

Sobre hoy ya les contaré, pero si en Tánger como todos los domingos el Movimiento del 20 de Febrero sacó el día 25 sus activistas a la calle, sobre mil quinientas personas vinculadas sobre todo a las fuerzas de izquierda y que este escribano del limes acompañó por la tarde en su “pateo” de cuatro horas desde la barriada de Beni Makada hasta la céntrica Plaza de las Naciones, “Manteniendo la resistencia” como decían, en la capital del Reino, Rabat y en una demostración de fuerza que es todo un aviso, las disciplinadas huestes de la “yamâa” del jeque Yasin, Justicia y Espiritualidad, escenificaban su rechazo a la existencia de Israel y su apoyo a los palestinos catapultando a las calles más de cien mil personas. Los “adilistas” son el mayor movimiento de masas del país y los únicos con capacidad de poner en un brete a la dinastía.
 

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