El pasado viernes tuvo lugar en Madrid un encuentro de
antiguos alumnos del Instituto Hispano-Marroquí de Ceuta
para estrechar los lazos de amistad y compañerismo
existentes entre ellos y, sobre todo, con el fin de rendir
un homenaje al catedrático que fue de dicho centro de
enseñanza, José Fradejas Lebrero, fallecido recientemente y
al también catedrático de aquel centro, Carlos Posac Mon.
Asistieron a los actos numerosos miembros de la Asociación
de Antiguos Alumnos del Instituto ceutí, entidad que en su
momento relanzó la vida cultural de Ceuta con numerosos
actos e iniciativas. Entre dichos asistentes se encontraban
la viuda del profesor Fradejas que a su vez fue igualmente
profesora, Paloma Rueda y sus hijos José Manuel y Olga.
Igualmente se desplazó a Madrid para esta ocasión el también
catedrático del citado Instituto Carlos Posac Mon,
acompañado de su esposa e hija. Desde Zaragoza viajó hasta
Madrid el ceutí Manuel Ramírez Jiménez, catedrático de
Derecho Político de la Universidad de aquella ciudad, donde
fue Decano de Derecho. La representación del Instituto de
Estudios Ceutíes la ostentó su Vocal de Extensión Cultural,
José María Campos.
Después de la misa que tuvo lugar en la parroquia de San
Basilio el Grande y que fue ofrecida por José Fradejas y por
profesores y exalumnos fallecidos, tuvo lugar un acto
solemne en la Casa de Ceuta en Madrid que gentilmente cedió
sus instalaciones y ofreció al final, a los asistentes, una
copa de vino.
El que fue presidente de la Asociación de Antiguos Alumnos
del Instituto Hispano-marroquí Francisco Olivencia que no
pudo desplazarse por razones de salud, envío un sentido
escrito que el profesor Ramírez -al ostentar la presidencia
junto a Carlos Posac y Antonio Navarro, presidente de la
Casa de Ceuta en Madrid- leyó a los asistentes el contenido
del cariñoso mensaje. En el mismo, Francisco Olivencia decía
entre otras cosas “Ha pasado ya más de medio siglo desde que
vivimos el nacimiento de aquella Asociación, así como sus
primeros años de andadura. Visto desde esta distancia,
parece imposible de que, con los escasos medios de que
disponíamos, llegase a alcanzar la altura cultural que
consiguió. Teatro, cine-clubs, certámenes literarios,
conciertos de piano, conferencias de afamados dramaturgos y
recitales poéticos, tertulias semanales, cursos de verano
con presencia de destacadísimas figuras de prestigio
internacional, la revista Hacer, guateques, baloncesto…“.
Tras adoptar diversos acuerdos, los asistentes se
desplazaron a un hotel cercano donde tuvo lugar un almuerzo
de hermandad en el que todos pudieron recordar viejos
tiempos y evocar sucesos de aquellos años en que la
Asociación de Antiguos Alumnos del Instituto, protagonizó e
impulsó la vida cultural y ciudadana de Ceuta. A los
postres, Manuel Ramírez, acompañado de Mery Coriat y en
representación de todos, entregó una placa de homenaje y
recuerdo al catedrático Carlos Posac Mon y a la viuda de
José Fradejas Lebrero, Paloma Rueda. Un acto entrañable
donde quedó claro que los llamados por Olivencia “ceutíes de
la diáspora” no olvidan a su ciudad ni a las personas e
instituciones que contribuyeron decisivamente al desarrollo
cultural y humano de Ceuta.
|