Durante los últimos años, cada vez más ceutíes han hecho sus
maletas para marcharse a un país extranjero. Concretamente
en 2012, el número de empadronados en la ciudad que reside
en otro país ha crecido un 3,6%. A fecha de 1 de enero, un
total de 3.000 ceutíes residían en otro país, la mayoría en
Francia, Marruecos, Alemania o Bélgica. Para aquellos que
quieren marcharse fuera y seguir cobrando el paro, es
necesario pedir un permiso especial al Servicio Público de
Empleo Estatal (SEPE) que no permite a aquellos
beneficiarios de prestaciones por desempleo viajar al
extranjero sin autorizacíón previa.
La crisis económica que vive el país ha provocado que cada
vez sean más los que hacen las maletas para buscar una
oportunidad en el extranjero. Jóvenes y mayores, sin
importar la edad, vuelven a ser inmigrantes en busca de una
salida profesional, aprender un idioma o simplemente probar
suerte. Un hecho que se refleja en las cifras del Padrón de
Españoles Residentes en el Extranjero (PERE) que han
experimentado un crecimiento ininterrumpido en el número de
españoles que residen en otros países durante los últimos
años. La tendencia también afecta a los ceutíes, que emigran
a países como Francia, Marruecos, Bélgica o Argentina.
En enero, había registrados 3.000 ciudadanos empadronados en
Ceuta como residentes en el extranjero según los datos del
PERE que ayer publicó el Instituto Nacional de Estadística.
Esta cifra supone que durante el último año se ha producido
un incremento del 3,6% (106 personas) respecto a los datos a
1 de enero de 2011. A nivel nacional, el incremento de
personas que han decidido emigrar a otro país es aún
superior. Según los datos del INE, a principios de año un
total de 1.816.835 españoles residían en el extranjero, un
6,7% más que hace doce meses.
Por sexo, aunque a nivel nacional las mujeres (51,1%)
tienden más a irse al extranjero que los hombres (48,9%), en
Ceuta la tendencia es inversa y hay más hombres (51,56%)
registrados como residentes en otros países que mujeres
(48,43%).
Mientras que por continentes, el Europeo es el destino más
elegido por los ceutíes que deciden cambiar su residencia al
extranjero. Concretamente Francia es el país que acoge a más
ciudadanos de Ceuta emigrados (808). Le siguen Marruecos
(698), Alemania (211), Bélgica (210), y Países Bajos (201).
Cobrar el paro en otro país
Algunos de los que optan por marcharse al extranjero, lo
hacen después de ser despedidos de su antiguo trabajo. Pero
no todos aquellos que reciben prestación por desempleo
pueden cambiar su residencia. En las condiciones para poder
cobrar el paro, el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE)
establece que aquel que quiera salir al extranjero debe
pedir un permiso. Cláusula especialmente importante en una
ciudad fronteriza como Ceuta. En función de la duración del
viaje y el país de destino, existen tres tipos de
autorizaciones que se tramitan en las oficinas del SEPE. Si
se trata de salidas ocasionales a un país no comunitario,
por un tiempo máximo acumulado de 15 días al año, el
beneficiario puede seguir cobrando la prestación siempre que
lo comunique en su oficina de referencia.
El trámite se realiza sobre la marcha y la autorización se
entrega el mismo día. En la ciudad se han solicitado hasta
once permisos de esta clase, según los datos facilitados por
la oficina ceutí. Entre los problemas que se presenta para
otorgar este permiso, que es el más tramitado, es que muchos
lo piden para viajar a la Meca durante un mes y exceden el
periodo reglamentario.
Exportación a Europa
Aquellos que viajan a Europa pueden solicitar la exportación
de su protección por desempleo durante tres meses
prorrogables. De manera que aquellos que decidan probar
suerte en otro país europeo pueden cobrar el paro hasta que
encuentre otro trabajo. Desde enero, la oficina ceutí ha
recibido tres solicitudes para exportar la prestación, un
trámite que se realiza en tres días. Para los espacios
comunes, se puede solicitar una exportación de tres meses
sin opción a prórroga.
Por último, el tercer permiso que existe es para aquellos
parados que quieren volver a su país de origen. En este caso
los beneficiarios cobran en un sólo pago la cuantía a la que
tienen derecho a cambio de no volver a España durante tres
años y perder la residencia española.
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