Me entero de un comerciante que se
ha peleado con el hijo, por eso de las cosas del querer,
pero es de los quereres pagandose con dinero algo asi como
pagar por amor, de rabia e impotencia por cuantas veces nos
controlaste a nosotros lo que haciamos y despues se lo
contabas a mi padre, mi padre con mas paciencia que Del
Bosque en el Madrid, te iba toreando y pasando de ti , de
vueltas en footing por la puerta de tu tienda, y mirarte el
reloj si eran las diez de la noche y que carajo hacias
abierto y no estabas en tu casa, con tu mujer y tus hijos.
De Decirle a mi padre, que tus hijos van cerrando las
tiendas con el sindicato, en aquellas huelgas del comercio,
que maldades has encerrado en esa cabeza de borrico de
tiempos de los paraguayos.
Llevabamos las pegatinas de la huelga de comercio y como
buenos caballas y españoles, deciamos no nos mires unete, y
que pronto fuiste corriendo a decirselo a mi padre, si acaso
los tiempos de Joselito, que le controlabas la hora y le
decias que ha pasado tu hijo con un cigarro en la boca a tal
hora. De las veces que no podia yo ni saludar a mi padre
porque te metias por medio en las conversaciones, mucho
dinero y poca educación, que hasta te vieron en la epoca de
Franco hacer escaparate con una camiseta llena de boquetes.
Que no te podias tirar en las bodas a la piscina del
Muralla, por si no te habias cambiado de calzones, maldito
seas por quererte entrometer en la vida de los ciudadanos de
bien, de los que creiamos en otras vivencias y estilos de
vida caballa, tu que querias que metieramos a tu hijo con
calzador en las excursiones del Ceuta a la Linea, para que
lo molieran a palos los ultras y tuvieramos que tirar del
niño con mas años que el reloj de la plaza.
Que poco te falto para que te cogiera mi hermano cara a
cara, cuando empezaste hace unos años a seguir con el
interrogatorio de tu hermano que, y esto que y la boda que ,
te largué esperate que voy a llamarlo al movil y que baje
corriendo y le preguntas las cosas chismoso a la cara, que
lo ves por la calle y te cambias de acera, que bien te
pusiste hace años en la terraza del Hollywood con la antena
de onda corta, enfrente de mi hermano y un amigo, a
empaparte de todo lo que estaban hablando, si llego a estar
yo te meto con la bandeja del camarero en la cabeza.
Vives pobre y morirás rico, mas agarrado que un chotis tu
sigue asi que los años van pasando volando, como a tu hijo
se le iban los suspiros volando mientras le dejaban el coche
con la amiga en el llano del mi Julito, y el chofer se
pegaba las cervezas mientras tu hijo se pegaba los
revolcones en el coche. Escupiendo para arriba tarde o
temprano, el lapo cae para abajo como el espejo de la vida,
con rabia e ironia traigo esos pasajes urbanos que caen por
su propio peso carcomidos por el gusano de la ignorancia,
como dicen un argentino, la misera humana que vi aquí ,
jamás la vi en Centroamérica. Solo me ha faltado alguna vez
gritarle a los cuatro vientos, querido cotilla desde la
infancia que el barco sale todos los dias, cuando quieras
coge las maletas y te vas por si en cincuenta años, no te
habias mirado al espejo de la vida.
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