El relevo en la Jefatura Superior de Policía ha traído hasta
Melilla a Ángel Riesco, un catalán con más de tres décadas
de experiencia en el Cuerpo. Lleva menos de un mes en la
ciudad, pero ya se ha percatado de que mejorar la fluidez de
la frontera es el gran objetivo a conseguir. Todos los días
sale de su despacho para estar un rato en los pasos
fronterizos y analizar un problema en el que sabe que hay
que estar muy encima para solucionar su deficiente
funcionamiento de los últimos tiempos. Pero su otra meta es
potenciar la participación ciudadana, también en los barrios
reacios a la presencia policial.
Han pasado tres semanas desde su incorporación a la Jefatura
Superior de Melilla. ¿La situación está mejor o peor de la
que se esperaba?
- Creo que este destino no es mejor o peor, sino diferente
por sus peculiaridades. El trabajo que hagamos se notará.
Aquí se está trabajando y la labor que hace la Jefatura es
muy buena. Habrá que matizar cosas, pero el listón está alto
y hay que mantenerlo. Esta Jefatura tiene mucho prestigio en
toda España.
- Sus antecesores consiguieron disminuir mucho los índices
de delincuencia. ¿Los datos de 2011 seguirán siendo buenos?
- Pienso que los datos que salgan dentro de poco van a ser
buenos, aunque la seguridad total no existe. La seguridad es
un sentimiento. Yo me siento bien, me siento seguro, aquí se
puede salir por las noches, no pasa nada… Los datos son
buenos, y si hay cuatro cosas menos buenas es porque la
seguridad total no existe. En todos lados hay algo.
- ¿Tienen los melillenses motivos para preocuparse respecto
a grandes problemas como el terrorismo yihadista?
- Desde que sucedieron los atentados del 11-S en Estados
Unidos todos los ciudadanos del mundo somos potenciales
víctimas del terrorismo. Hay que trabajar contra él y
prevenir mucho, pero en Melilla no veo que se den esas
circunstancias. No veo ningún tipo de alarma terrorista ni
de actividades de ese tipo. Lo que sí hacemos nosotros es
estar alerta con ese tema y si sucediera estaríamos
preparados.
- ¿Se ha marcado ya objetivos en esta nueva etapa?
- Tengo muchos, el primero la frontera. En este tema hay que
hacer todo lo posible por mejorarlo. No depende sólo de
nosotros, Por eso ya he hablado con responsables policiales
de Marruecos y Argelia para intensificar el contacto. En
nuestra parte de la frontera también hay mucho que mejorar
en infraestructura física. Los policías que están allí se
ganan bien el sueldo. Otro de los objetivos es luchar contra
la delincuencia organizada e incidir en la prevención de los
delitos normales. No todos se pueden prevenir, pero sí
muchos de ellos. Prevenir significa estorbar e impedir la
acción del delincuente. Informar al ciudadano de lo que le
puede ocurrir si va a determinados sitios o se marcha de
vacaciones sin tomar precauciones. Todos tenemos que estar
preparados porque sabemos que va a suceder y hay que
paliarlo en la medida de lo posible. Respecto a la pequeña
delincuencia, el Ministerio del Interior quiere proponer una
reforma legislativa para evitar la reincidencia que se da
ahora en los hurtos. Esas faltas no pueden quedar impunes.
Ahora sale gratis y eso no puede ser.
Hay que potenciar la participación ciudadana, que para mí es
muy importante. No podemos reunirnos con todos los
ciudadanos, pero sí con sus representantes. Si hay un
problema podemos hablarlo en una mesa, evitando que se
enquiste y se nos vaya de las manos. En Melilla hay que
sentarse con ciertos barrios si quieren, pero habrá que ser
insistente. Hablando se entiende la gente e intentar que, si
hay un rechazo hacia la Policía, que no lo haya. Podemos
abordar los problemas, llegar a muchos acuerdos y que se den
cuenta de que somos servidores públicos del Estado. Todo el
mundo tiene que darse cuenta de que tenemos una misión muy
clara, que es proteger el libre ejercicio de los derechos y
libertades fundamentales. Todos tenemos derechos, pero
también obligaciones. Hay que cumplir la Ley. Si en barrios
como la Cañada hay líderes vecinales de verdad y tienen
influencia sobre la gente pueden hacer mucho para cambiar
las actitudes, llegar a acuerdos, acercar posturas. Hay que
evitar las batallas campales que se han dado, como los
apedreamientos y ataques contra los autobuses.
- ¿Cómo va a potenciar la participación ciudadana en
Melilla?
- Queremos hablar con todas las asociaciones. Esta semana se
ha presentado un inspector que se va a hacer cargo del área
de Participación Ciudadana, que va a empezar a reunirse con
las entidades con las que haya más problema. Desde esta área
también queremos hacer actividades de concienciación para
proteger a colectivos vulnerables, como las mujeres contra
la violencia de género. Melilla también tiene cierto
problema con esta lacra, como en todos los sitios. Ese tema
también hay que tratarlo, hacer unas jornadas o campañas
para concienciar e informar lo que hace la Policía ante
estas situaciones.
Lo mismo ocurre con otros colectivos, como los mayores y los
menores, a los que también hay que informar sobre los
problemas de seguridad que les pueden ocurrir. A los
mayores, cuando van a cobrar la pensión o las posibles
estafas que pueden sufrir. A los niños y jóvenes, hablarles
de la seguridad escolar y que conozcan a la Policía desde
pequeños para que haya familiaridad y no nos vean como un
coco. Y sobre todo, enseñarles los riesgos de Internet, las
ciberamenazas. A los niños hay que enseñarles a usar
Internet, que sepan que la privacidad es muy importante.
Otro colectivo que hay que proteger es el turista, que en
Melilla cada vez hay más. El turista es un desvalido en otro
país, con un idioma diferente, y no le gusta que le roben
porque no vuelve. Hay que protegerlo porque es una fuente de
ingresos, pero si le pasa algo, hay que crear un servicio
para atenderle directamente, como ya lo hay en Madrid, para
poder facilitarle las cosas. De esa manera, se consigue que
ya no vea el problema como tan grave y piense incluso en
volver.
- La presión migratoria supone más trabajo para la Policía
Nacional en cuanto a la labor documental. ¿Están preparados
para una afluencia masiva de inmigrantes como la que se dio
en 2011?
- La de papeles que hay que tramitar es enorme, y aquí la
Brigada de Extranjería y Fronteras es la más potente, tiene
mucha experiencia, porque esto es permanente. Hay que
identificarlos, documentarlos, hacer entrevistas con sus
cónsules… Eso requiere un esfuerzo, gestionar todo eso es el
trabajo duro. Aquí la clave es la frontera, que es muy
importante. España en realidad sólo tiene dos fronteras, que
son la de Ceuta y la de Melilla. Lo demás son puestos
fronterizos, pero no es como estos, que estamos codo con
codo y donde se pueden dar muchas situaciones.
- ¿Cuáles son los delitos más frecuentes contra los que se
trabaja en la Jefatura?
- En todos los sitios el tema patrimonial es lo que más
abunda. Hurtos sobre todo, algo de menudeo de droga y
violencia de género. Aquí también me ha llamado un poco la
atención son las discusiones de tráfico que derivan en
amenazas e insultos. Esto pasa en todos los sitios, pero me
ha llamado la atención que ocurra en un sitio tan tranquilo
como Melilla.
- La plantilla de la Jefatura ha crecido de forma notable en
lo últimos años. ¿Es suficiente la cifra actual de
efectivos?
- Los recursos siempre son escasos por definición, pero tan
malo es andar escaso como tener demasiado. Yo creo que ahora
la plantilla está bien, que es suficiente. Ha crecido en los
últimos años en un ciclo que ya se ha cumplido y ahora viene
otro diferente, porque no va a entrar tanta gente. Lo que el
director general dijo es que va a haber un mantenimiento y
en la Policía se van a cubrir todas las plazas que se queden
vacantes por jubilación.
- ¿Se ampliará la Jefatura pronto o seguirá siendo un anhelo
prácticamente inalcanzable?
- Hace unos días nos dijo el director general en una reunión
que lo fundamental para la Policía es no perder la
formación, la tecnología y la imagen. Ahí no se puede ceder
nada. Que no hagamos ahora un edificio no es importante
porque ya lo haremos dentro de unos años y mientras tanto
estaremos un poco más estrechos, pero en esas tres cosas no
podemos perder nada. Respecto al edificio, yo he oído que a
lo mejor se podía hacer aquí un edificio integral de
seguridad, y estaríamos juntos con la Policía Local. Podría
ser una buena solución, en algunos sitios se ha
experimentado esto y se ha conseguido ahorrar. Pero ahora
con la crisis que hay no se puede hablar de hacer edificios,
porque eso vale un dineral.
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