Hace un par de días, me encontraba
con un conocido, con el que, desde hace años, por otras
razones, tengo buenas relaciones y, muy entregado él, me
decía:”estamos con esto de los piquetes”.
Lo que nos faltaba, me dije, ya, de antemano, tratando de
“forzar” la situación, a quienes no estén dispuestos a tener
cerrados sus establecimientos, para que ese día no abran.
¿Es eso tan democrático como dicen los sindicatos, a quienes
constantemente se les cae de la boca, casi como si fuera un
trabalenguas, la palabra democracia y Constitución?.
Desde mi punto de vista, es como lo veo y como lo entiendo,
porque es cierto que la Constitución recoge el derecho de
huelga, pero no menos cierto es que en la Constitución,
también, se habla de libertad y cuando los sindicatos lo
primero que hacen es preparar los “piquetes informativos”,
lo que están haciendo es coartar la libertad de todo el que
quiera acudir, por ejemplo ese día, a cumplir con sus
obligaciones laborables.
Y puestos a hablar de libertades, vemos que siempre se
negocian unos servicios mínimos, que no todas las veces esos
piquetes respetan o permiten que se puedan llevar a cabo.
En concreto y ya que estamos en Ceuta ¿Cuáles serán los
servicios mínimos en las líneas de Acciona, FRS o Balearia
ese día?. Es de suponer que no organicen la encerrona de que
salga un solo barco de una de esas navieras y que a eso
llamen un servicio mínimo.
Desde el primer momento, el Gobierno ya sabía que los
sindicatos, antes de llevar cien días en el poder, le iban a
montar el primero de los alborotos. Desde hace tiempo, los
sindicatos ignoran todo lo que el anterior Gobierno iba
dejando de lado, hasta haber llegado a esta situación en la
que hemos caído.
En todos esos meses, muchos por cierto, los sindicatos no
“piaron” porque, hay que decirlo, están entregados hoy a los
partidos de izquierdas y no son capaces de respetar lo que
dicen las urnas, cuando esas urnas favorecen a partidos que
no son de la izquierda añeja, con la que tan hermanados
están UGT y CCOO.
Me da la impresión de que la semana nos irá aportando, cada
día un poco más, todas las claves de lo que es una huelga
general en el momento más inoportuno y, al propio tiempo,
nos irán dando todas las pautas de cómo se van a comportar
los piquetes.
Lo único positivo, pero a medias, de ese día de la huelga es
que, por lo menos durante un día, los liberados harán algo,
trabajarán un día, y he dicho lo de a medias, porque a ellos
no les llegará la rebaja en la nómina que sí llegará a
cualquier otro trabajador que haya secundado, aunque sea en
contra de su voluntad, la huelga.
No sé si voy a volver a escribir, a lo largo de estos días,
sobre la huelga general del día 29, que yo no voy a
secundar, y que no lo voy a hacer porque jamás haré el juego
a unas entidades, los sindicatos, que hacen de la labor
sindical una profesión, en la que no participan los más
capaces, los más aptos, los mejores de los trabajadores,
sino aquellos que han sido los más “espabilaos” en su
empresa y así lograron seguir en la nómina de la empresa,
pero sin aparecer a rendir en ella.
De antemano y viendo el ambiente que se respira, no me cabe
la menor duda de que la huelga del próximo día 29 de este
mes de marzo va a ser un fracaso, y eso a pesar de los
piquetes.
El tiempo nos lo dirá, pero los sindicatos van a hacer un
flaco favor a este país con esta huelga que no tiene sentido
alguno.
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