La sala ‘San Miguel’, en Arcos de la Frontera, ha sido el
escenario escogido por el artista ceutí Alejandro Pedrajas
para exponer parte de su obra escultórica. Hoy es el último
día para, aprovechando un viaje de fin de semana a este
‘pueblo blanco’, visitar la muestra. Se trata de una
exposición conjunta con la fotógrafa arcobricense Juana
López Romero. “Muestro mi trabajo de estudio, mis obras más
personales e íntimas, a las que en Ceuta están menos
acostumbrados, ya que la obra que se me conoce es el
monumento público como el alcalde Sánchez Prados, la mochila
y demás”, explica Pedrajas.
Son 25 obras realizadas en distintos materiales como madera,
resina, escayola o bronce, con una fuente de inspiración
común: la figura humana. De ahí, una de sus obras más
aclamadas: ‘Eva y la tentación’. Pedrajas explica que la
elección del material vino de la mano de lo que cada obra le
sugiere: “Con el bronce se consiguen superficies más
perfectas y pulidas; para las texturas utilizo el ‘exaduro’,
que es una especie de escayola cerámica muy resistente; la
madera da calidez pero como es talla directa hay que tener
mucha lucidez para saber qué se va a hacer”.
Un estilo en el que reconoce una clara influencia de sus
años estudios en la Universidad de Bellas Artes de Sevilla
donde se formó. De aquella época ha heredado también el
interés por exponer más allá del Estrecho. “Intento ir
abriéndome hueco a base de las exposiciones”, reconoce,
“pero aunque he hecho otras, ésta es la más importante”.
En ese sentido, Pedrajas considera que en la península, la
escultura no es lo suficientemente valorada y reconocida.
“La gente está mucho más acostumbrada a la pintura, es más
de la tierra”, sostiene, y añade: “En Ceuta, sin embargo,
somos muy reconocidos”.
A pesar de ello, Pedrajas asegura que vivir de la escultura
es “muy dificil” porque es “muy caro”, sobre todo, a la hora
de transportar las obras. En su caso, combina su pasión con
su trabajo de profesor en un centro de enseñanza. En
cualquier caso, reconoce que la afición le viene de familia.
“Mi padre es pintor, en mi casa siempre ha habido olor a
pintura, y a mí lo que me gusta es trabajar con las manos.
Después, mi profesor Fernando Romero me inculcó las ganas de
modelar”, recuerda.
Ubrique, EL Puerto de Santa María y San Fernando son algunos
de los lugares en los que espera poder exponer próximamente,
una serie de ‘bolos’ que le gustaría que desembocaran en la
ciudad autónoma. “La exposición está siendo un éxito de
visitas y tengo la ilusión de llevar esta obra pronto a mi
ciudad, Ceuta”, concluye.
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