Poco quiere saber de Malí. Dejó atrás su país y no tiene
intención de regresar a él. Eso no quita para que no le
preocupe la tensa situación política que está atravesando su
nación. El pasado miércoles 21, militares disidentes
perpetraron un golpe de Estado contra el presidente del
Gobierno.
Algo ha escuchado Zakarías Szonko, un inmigrante malí que
entró en Ceuta de manera ilegal junto a otros 56
inmigrantes, durante la que se convirtió en la última
avalancha de 2011, la primera nocturna. Desde entonces
reside en el CETI (Centro de Estancia Temporal de
Inmigrantes). A la espera de cumplir su deseo -quiere ir a
Madrid, Barcelona o Granada, en donde asegura que le
aguardan sus amigos- aprovecha su estancia en Ceuta para
sacarse el DELE (Diploma de Español como Lengua Extranjera).
Tiene un amigo, explica. Pero está en Mali. “Amigos son los
que conocen tus secretos, por eso yo sólo tengo uno”,
matiza, “los demás, con los que hablas, son compañeros“. Es
este amigo quien le ha puesto en conocimiento de cómo está
en estos momentos la situación en Malí. “Cuando yo me fui,
mi país estaba mejor, ahora está peor; me ha contado que se
han enfrentado al presidente”, apunta. “El principal
problema de mi país es que tiene muchos militares”,
argumenta. A pesar de los conflictos, piensa que es mejor
que su amigo se quede en Malí “porque él está bien con su
familia”.
En su país vive también su hermano, pero hace años que no
sabe qué es de él. Nada más, por tanto, relata el
inmigrante, de 26 años, le ata a su país. Cuando él nació,
su padre acababa de fallecer. Le hubiese gustado ir al
colegio, pero no pudo acudir nunca. Lo que sí recuerda son
los partidos de fútbol de su infancia. Una etapa que, sin
embargo, terminó muy pronto. A los ochos años murió su
madre, así que ellos -describe a EL PUEBLO Zakarías-, sin
ningún familiar que se hiciese cargo, tuvieron que buscarse
la manera de sobrevivir. “Tuve que dejarlo todo para irme
con unos amigos que eran mayores y que nos ofrecieron a mi
hermano y a mí que trabajáramos con ellos, vendíamos arroz y
maíz”, recuerda. Crecieron vendiendo lo que podían hasta
que, entrados en la adolescencia, ambos hermanos decidieron
buscarse la vida por separado. Zakarías viajó a Costa de
Marfil. Al cabo de unos años, regresó a su país, pero no
tardó demasiado en decidirse a emprender un camino que
espera sin retorno. “Dios quería que viniese a España, por
eso estoy aquí, no tenía a nadie en Malí”, sostiene. “En
Malí no había mucha guerra, pero tampoco economía”, agrega.
Llegó en coche a Argelia, de allí a Marruecos y finalmente
Ceuta. En total, un viaje que duró un año y tres meses.
De Bamako a Ceuta
Le sorprende que en España, “los pueblos y ciudades son
prácticamente iguales en construcción”. Explica que en su
país son muy diferentes las ciudades, como la suya, Bamako,
capital de Malí, de los pueblos. “Las ciudades son más que
pueblos, antes de vivir en Bamako, cuando vivíamos con mi
madre, estábamos en un pueblo y era todo distinto”,
rememora.
No le gusta hablar de política, pero de aquellos años en el
pueblo, antes de cumplir los ocho, recuerda que tenía un
abuelo que le contaba muchas cosas: “Me hablaba mucho de
política y de los franceses. Me contaba que después de la
revolución llegó Modibo Keita [presidente, después de que el
22 de septiembre de 1960, Malí proclamase su independencia
como colonia francesa], que era bueno”.
En el CETI residen en estos momentos casi una treintena de
malíes, explican desde el centro. “Muchos compañeros -agrega
el joven-, dicen que son de Mali pero en realidad son de
Costa de Marfil, Somalia u otro país, pero yo no sé por qué
hacen eso”.
De momento, a Zakarías le preocupan más otros asuntos. Por
ejemplo, su situación en España: “Sé que está mal, pero no
quiero volver a Malí, quiero quedarme”, agrega. No es lo
único que le ronda la cabeza. El chico explica que está
preocupado porque en Ceuta no liga: “En Malí era muy fácil,
veías una mujer, le decías ‘Hola, ¿quieres hablar conmigo?’,
y ya estaba; pero aquí no voy a conocer a nadie, a muchas
chicas les digo ‘Hola’ y no me contestan”.
|