Cada día siento la enorme
satisfacción de no pertenecer a ningún partido político,
sindicatos ni, por supuesto, a la CEOE, manteniendo mi total
independencia a la horade emitir mi personal e
intransferible opinión, en esto de los papeles.
Nunca he pertenecido a nada, aplicándome aquello que dijera
el genio del humor, Groucho.” nunca perteneceré a un club en
el que me admitan”. Y es cierto, lo del genial humorista, si
te admiten tienes que respetar las reglas impuestas por ese
club, con lo cual acaban con tu independencia, por tu
obligación de defender las reglas recogidas en sus
reglamentos.
Siempre he partido de la base que las ideas política, en el
mundo actual, no existen por la sencilla razón que acabaron,
cuando murieron aquellos hombres y mujeres que dieron sus
vidas, precisamente, por defender unas ideas.
Unas ideas que de poder volver a la vida, se les caería la
cara de vergüenza, al comprobar donde han ido a parar esas
ideas por las que esos hombre y esas mujeres, dieron sus
vidas sin esperar nada a cambio, sólo por defender unas
ideas con las que nacieron y defendieron y entregaron sus
vidas para defenderlas.
Por eso en recuerdo, de aquellos hombres y aquellas mujeres,
que dieron sus vidas por la defensa de sus ideas y que se
les caerían la cara de vergüenza, si pudiesen volver a
vivir, para ver en que han quedado esas ideas, es por lo que
no creo que existan las ideas sino, más bien, existe el pone
el cazo, “trinca lo que puedas” y a vivir que son tres días.
De ahí, de esa falta de ideas, es de donde nace la enorme
corrupción que existe hoy día. Así nos crece el pelo a todos
los españoles comprobando como, cada día, en los medios de
comunicación, tanto hablados como escrito, salen los
“trincones de turno”, llevándose “calentita” una buena pasta
gansa, salida del bolsillo de todos los españoles y no les
pasa nada.
Alguien puede pensar o creer, que estos “trincones” tienen
alguna idea política. Todos ellos lo único que quieren es
llenarse los bolsillos y al que no tenga ni para comer, pues
que les den. Ahora, eso sí, hay que defender a capa y espada
a todos aquellos que menos tienen, por nuestras ideas. De
qué ideas habláis, de la de poner el “cazo”, de la de
“trincar” o de alguna idea para llevárselo “calentito”, con
el mínimo esfuerzo.
El día que vuelvan las ideas, las de verdad, la no impuesta
por los “trincones” los del ”cazo” y otras faunas quizás,
ese día, me replantee el pertenecer a algún partido político
que se acerque a mis pensamientos en los que, por supuesto,
no entran las subvenciones a recibir dependiendo de los
diputados que hayamos conseguidos en unas elecciones.
O sea, con claridad meridiana, para que todos nos
entendamos, perteneceré a ese partido, siempre y cuando se
sustente de las cuotas de sus afiliados y de las
aportaciones de sus simpatizantes.
La misma situación, que la expuesta para pertenecer a un
partido político, se tendría que dar para pertenecer a una
central sindical.
Como eso, en la España actual, es imposible sigo sintiendo
la enorme satisfacción de no pertenecer a nada, manteniendo
mí libertad. ¡Que grande es la libertad!.
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