Tras decidirlo en 2010, finalmente queda oonstituida una
nueva asociación de la Guardia Civil, APROGC. Desde esta
asociación, “independiente y plural, defendemos los
intereses de los guardias civiles, respetando la neutralidad
e independencia política y sindical que siempre ha
caracterizado a la Institución”. Quieren “dar voz” y
representar al grupo mayoritario: “el formado por aquellos
guardias civiles que hasta ahora callaban y que veían con
desazón y vergüenza la actuación de quienes desde fuera y
desde dentro desprestigiaban a la Guardia Civil”, dicen en
un comunicado, en el que se presentan como “la voz
alternativa”.
Dejan claro que “lo nuestro no es hacer política”, sino
“servir a los ciudadanos, protegiendo la seguridad de todos
los españoles”. En el caso de Melilla, el trabajo de los
Guardias Civiles “adquiere una gran importancia”. Como
puerta de entrada a Europa nuestras fronteras son “puestas a
prueba diariamente por tierra y mar, y son el punto de mira
de aquellos que pretenden entrar ilegalmente a nuestro
país”, buscando un futuro mejor unos, y otros “peligrosos
delincuentes” o “redes internacionales” contra las que tiene
que actuar la Guardia Civil. “No son pocos los peligros que
nos acechan y sólo una labor tenaz, y por qué no decirlo, en
ocasiones penosa, de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad,
podrá mantenernos al margen de dichos peligros”.
APROGC reivindicará también mejoras que la Guardia Civil de
Melilla “necesita para poder desempeñar su labor con el
máximo de garantías, usaremos todos los cauces internos a
nuestra disposición, y no otros, para la mejora de las
condiciones en la que los guardias civiles prestan sus
servicios”.
Y es que “necesitamos más y mejores medios”, actualización
de los protocolos de actuación en emergencias, la
potenciación de unidades específicas como las que trabajan
en el resguardo fiscal del Estado, unidades que den “una
eficaz vigilancia de nuestras costas” y otras mejoras para
las que la nueva asociación usará los cauces legales para
conseguirlas.
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