Aquí, cada uno trata de defender
lo suyo, pero cuando cualquiera se desliza, automáticamente,
suenan las alarmas y cada cual debe quedar en su sitio.
Y esto es lo que acaba de hacer el presidente de la Ciudad
Autónoma de Melilla, Juan José Imbroda, como respuesta al
portavoz del Gobierno de Ceuta, Guillermo Martínez, quien
había asegurado sobre las deudas de Ceuta y de Melilla que
era mayor la de Ceuta porque había dado un salto cualitativo
mayor para acercarse a los estándares peninsulares.
Quedaba claro que Guillermo Martínez ponía a Ceuta por
encima de Melilla en sus avances.
Naturalmente, la respuesta no se ha hecho esperar, y de una
manera velada, pero tirando al centro de la diana, Imbroda
ha respondido, que posiblemente allí hayan sido menos
“manirrotos” que aquí, y por eso la diferencia en las
deudas.
Un hombre sensato y un gran gestor como es Imbroda ha
lanzado una auténtica flecha envenenada al afirmar que
“hemos hecho ciudad como nunca, en los últimos 12 años y lo
hemos hecho con sentido común y con cabeza para no hipotecar
a las generaciones venideras”.
Difícilmente, desde Ceuta, se podía detener ese dardo
envenenado, que ha dado en el mismo centro de lo que vienen
siendo las actuaciones aquí.
Según Imbroda, Melilla también ha avanzado, pero lo ha hecho
“con cabeza”. Cada una de las ciudades ha progresado, pero
una dejando un reguero de deudas, por el camino y la otra
tratando de que sus cuentas estuvieran más equilibradas.
Según el presidente melillense, la Ciudad Autónoma de
Melilla tiene, en la actualidad, unas deudas de unos 100
millones de euros, lo que hace de ella que se encuentre en
el nivel más bajo de endeudamiento del país.
Y a pesar de ello, Melilla, también, ha avanzado, pero ese
avance ha llegado siendo serios y rigurosos, para cumplir
con las normas que se marcan.
Con esto llega a una conclusión clara y que a nadie debe
extrañar. Es que la diferencia entre Melilla y otras
administraciones más endeudadas está en que en Melilla se ha
trabajado con cabeza y con sentido común, cosa que otros no
han hecho. Ahí queda el guante para quien lo quiera recoger.
Naturalmente, él no ha entrado en obras faraónicas que
llevan a endeudarse hasta las cejas:”Es muy importante hacer
una gran plaza o un gran parque, pero más importante es
hacer un presupuesto riguroso y serio para tener las cuentas
saneadas”. Estas son palabras del presidente de Melilla que
difícilmente podrán ser rebatidas, especialmente desde
Ceuta, y mucho menos cuando el que las ha pronunciado es el
presidente de una de las administraciones menos endeudadas
de España.
Y aquí queda claro eso de “amigos como amigos pero ..., el
burro por la linde”. Las manifestaciones de Guillermo
Martínez fueron las que fueron y a esas manifestaciones se
han opuesto las palabras de uno de esos presidente que no es
un tramposo y que tiene una administración saneada en regla.
A partir de aquí, cada uno en su casa, pero sabiendo que el
vecino, también, conoce los puntos débiles del que vive la
lado y llevarse bien no quiere decir que se esté doblegado
el uno al otro.
|