Reunión en la cumbre entre
Francisco Márquez y los representantes de las centrales
sindicales (aclaro que las subvencionadas, porque la
independiente y libérrima USO es excluida del convite).
Reunión o encuentro en el que se trataron temas laborales,
ya aparcada la estrambótica “declaración de Principios con
la que los sindicatos llevaron sus veleidades a tratar de
gobernar Ceuta sin haber pasado por las urnas. Torpe
tentativa bien pronto desarticulada en virtud de su
naturaleza chambosa y antidemocrática, así que comisionistas
aristeguianos, ugetistas y cesifistas tratan de salvar la
honrilla y de paso fastidian a los trabajadores, rechazando
la generosa oferta del Gobierno que preside Juan Vivas.
Es más les reto a que examinen los recortes a los
funcionarios, Autonomía por Autonomía y que expongan en cual
de ellas se ha tratado de compensar la desaparición de las
innecesarias jornadas partidas y de las horas extra con un
acuerdo global que supone que los funcionarios mantienen un
50% como Complemento de Personal Transitorio. Anden, anden y
miren hacia Cataluña, tan “progres” ellos y luego nos
cuentan como andan los funcionarios, que no les llega la
camisa al cuerpo. Recortes, contención y planes de
sostenibilidad en toda España, una ciudadanía plenamente
concienciada de que estamos ante unas circunstancias
difíciles y que el sacrificio ha de ser colectivo,
trabajadores de pymes que ven reducidos sus salarios y
responden trabajando “a la japonesa” es decir, el doble,
para colaborar en reflotar el invento. Y en Ceuta los
sindicatos en su eterno nadar contracorriente, cómo si el
esfuerzo y la lucha de todos los españoles les fuera ajena y
encima dejándose manipular por el añejo y caduco discurso de
algún troglodita, auténtico privilegiado en su multitud de
empleo y de infausta memoria en sus quehaceres como gestor
de lo público.
De hecho es el “no porque no” ¿Y por qué no? ¿No será más
bien esta rebatiña consecuencia de que el día 29 está
convocada una huelga general que cuenta con el rechazo de la
mayoría absoluta de la ciudadanía y que los sindicatos
quieren imponer al pueblo español “por sus cojones”? ¿Será
que los internautas, contrarios a la huelga, están
realizando llamamientos para que el 29 “todos” trabajemos el
doble y para que quienes están en contra del pulso de la
izquierda saquen la roja y gualda a las ventanas y a los
balcones? La izquierda, tan complaciente con los sindicatos
que durante el zapaterismo-zapatiestismo les aumentaron un
48% las subvenciones para que se estuvieran “calladitos”
quiere ahora echarle un pulso a las urnas y a la democracia,
más claro el agua. ¿Qué pasaría en Ceuta si los funcionarios
se vieran abocados forzosamente como en Cataluña a la
movilidad geográfica? ¿Y si les trataran de reducir un 15%
el sueldo base y de extras ni hablar? Los sindicatos de
Ceuta malamente defienden los intereses de sus afliados y
buenamente los propios, porque, a decir de todos, lo que
subyace es la acritud que la ciudadanía siente hacia la
figura de los “privilegiados-liberados” y el clamor social
en alza para que se acabe con esas ventajas y para que quien
quiera un jornal que trabaje ocho horas como todo hijo de
vecino. ¿Y cómo les sienta a los sindicalistas ese runruneo
embravecido? Pues francamente mal, rectifico, les sienta
fatal y la estrategia es obstaculizar en lo llano, agotar
las negociaciones, poner dificultades de todo tipo y al
final que el Gobierno de Rajoy, siguiendo la estela de los
socialistas, tan dadivosos ellos y tan ruineros, traten de
callarles las bocas con paletadas de subvenciones y más
subvenciones y más liberados, es más ¡todos liberados!
¿No lo hizo ZP y tuvo a CCOO y UGT tranquilos y conformes
mientras en España se arruinaban 1.000 pymes cada día? ¿Por
qué no va a ser el Gobierno del PP igual de comprensivo y de
complaciente? ¿Qué no le da la gana porque Rajoy representa
a la mayoría absoluta del pueblo español? Pues ellos sacan a
la calle a su minoría a liarla y a tratar de poner a la
mayoría de rodillas.
En Ceuta ahora son los propios funcionarios los llamados a
reflexionar sobre si quienes dicen “representarles” se están
“representando” a ellos mismos y a los intereses, nada
claros, de la izquierda.
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