Uno de los grandes problemas que
tiene el pueblo español, dejando a un lado la crisis
económica y el paro, es el bajo concepto que tenemos de la
clase política. Una clase política en la que en buena parte
de ella se encuentran enquistados una gran mayoría de
ineptos, que no tienen ni la más remota idea de qué es y
significa ser político.
Para esa mayoría de mediocres ser político significa, ni más
ni menos, que asegurarse una buena pasta gansa todos los
meses y a vivir que son cuatro días. De ahí que cuando
consiguen un sillón no hay forma humana de conseguir que lo
abandonen. Vamos, ni echándoles agua hirviendo.
Por todo ello urge una regeneración de la democracia
española, para que los españoles elevemos el concepto que
tenemos actualmente de la clase política.
Para empezar esta regeneración de la democracia, lo hemos
escrito en varias ocasiones, empecemos porque los partidos
políticos y los sindicatos vivan sólo de las cuotas de sus
afiliados, sin recibir subvención alguna, por el hecho de
conseguir no se cuántos escaños o por ser una central
sindical.
Por cierto, cuando nombro a los sindicatos, se me vienen a
la memoria, Marcelino Camacho y Nicolás Redondo, por los que
siento un profundo respeto y, si me apuran, una gran
admiración. Pues estos dos ejemplares sindicalistas,
organizaron uno ejemplares sindicatos que facilitaron la
Transición.
Pero, hoy día, tanto los partidos políticos como las
centrales sindicales, no son más que agencias de
colocaciones, donde se le busca un puesto de trabajo, a los
parientes y amiguetes, con los que se les soluciona la vida.
No fue precisamente, para agencias de colocaciones, las
centrales sindicales que organizaron, Marcelino Camacho y
Nicolás Redondo y que facilitaron la Transición.
Regeneremos la democracia, quitando toda clase de
subvenciones, a los partidos políticos, las centrales
sindicales y la CEOE. El que quiera partido político,
sindicatos y CEOE que las pague de sus bolsillos, a igual
que lo hacen quienes quieren ser socios o abonados del
Madrid, Barcelona, Betis o el Alcoyano.
La solución es muy fácil, en la declaración de la renta a
igual que se deja una casilla para quienes les quiera
otorgar su donativo a la iglesia, de la misma manera se
hacen unas casillas, para aquellos que quieran dar esa parte
de su declaración a partidos políticos, sindicatos o CEOE.
O sea, con claridad meridiana, para que nos enteremos todos,
que sean sus afiliados y simpatizantes los que contribuyan
al mantenimiento de esos partidos políticos o centrales
sindicales sin tener que subvencionar, a ninguno de ellos,
con el dinero de todos los españoles.
Ya ha salido el presidente de la patronal madrileña, Arturo
Fernández, pidiendo que las organizaciones sindicales y
empresariales se financien sin subvenciones públicas y lo
hagan sólo a través de las cuotas de sus afiliados, para ser
“realmente independientes”. Ahí, queda eso.
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