Los ceutíes tenemos la desgracia de compartir paisanaje con
Manuel Chaves quien durante veinte largos años, ostentó la
Presidencia de la Junta de Andalucía con los resultados que
todos conocemos. Andalucía sigue estando a la cola del
desarrollo autonómico y de nada han valido los eslóganes
propagandísticos de un régimen cortijero, tales como
“Andalucía imparable” – imparable en la corrupción, añado- o
la Andalucía de la “segunda modernización” (sic), sin haber
finalizado la primera.
Realmente, con datos estadísticos en la mano, Andalucía es
la autonomía del “30”. Sí, 30% de paro, 30% de fracaso
escolar, 30% de abandono escolar temprano – en realidad
34,7% - , 30 años de corrupción institucionalizada. Y claro,
como no podía ser de otra manera, ha desembocado en vísperas
de las elecciones autonómicas, en el mayor escándalo de
corrupción de la historia de la democracia de este país.
Si hace más o menos tres años, alguien le hubiera
pronosticado a Chaves que , a estas alturas, iba a quedar
reducido a la condición de simple diputado nacional, dentro
de un Parlamento dominado con mayoría absoluta por el PP, y
que además , la popular Teófila Martinez le ganaría en Cádiz
por 15 puntos de diferencia en las urnas de las municipales,
al entonces Presidente de la Junta de Andalucía le habría
entrado un indisimulable ataque de risa.
Pero, desde luego, no es su caída desde las altas cumbres
institucionales hasta la sima de los derrotados electorales
lo que más preocupa a Chaves en los últimos tiempos. Tiene
serias razones para sentirse inquieto.
Por ejemplo, su vinculación con el escándalo de los ERE
irregulares, bastante más directa de lo que mantienen los
voceros oficiales de la Junta de Andalucía. En realidad, el
ex presidente tuvo conocimiento pleno en diciembre de 2003 ,
de la existencia de intrusos (léase estafadores)
prejubilados y , en lugar de denunciarlo y pedir la revisión
de los expedientes, ordenó más prejubilaciones irregulares
para evitar la “discriminación”. Eso fue lo que hizo con
unos mineros de Riotinto , que le escribieron para decirle
que en el expediente de regulación había gente que ni
siquiera había trabajado en la mina, pero que si en otros
casos había dado el visto bueno, ahora también “debía
hacerlo” so pena de airear el asunto, cosa que no convenía a
nadie
Tan convencido estaba Chaves de que el incipiente escándalo
de los ERE era algo de poca monta que , llegado el momento,
se atrevió a decir que aquello era cosa de “cuatro golfos”.
Hoy son más de cincuenta los imputados en la instrucción del
caso que sigue la juez Alaya por malversación, entre otros
cargos, de más de 1.300 millones de euros que iban a parar a
empresas , amiguetes y familiares del PSOE.
Y como siempre ocurre en estos casos, una vez más ha salido
a relucir la figura del “tonto útil”, como lo fuera Roldán
en la etapa felipista. En esta ocasión le ha tocado el turno
a Francisco Javier Guerrero, ex director general de Trabajo
y Seguridad Social que cual chivo expiatorio, ha cargado, de
momento, con el mochuelo y ha ido a parar a la cárcel,
comiéndose el marrón, mientras sus jefes inmediatos dicen
desconocer las andanzas del personaje. Chaves, incluso,
niega haberle conocido. Cosa bastante improbable ya que
Guerrero estuvo en el cargo desde 1999 a 2008, siendo
Presidente de la Junta de Andalucía, por aquel entonces, el
susodicho Chaves. ¡ Cómo se puede tener la cara tan dura!
A día de hoy, ni los ERE, ni el caso de la empresa de
capital de riesgo Invercaria, ni los fondos de empleo… son
escándalos que se puedan reducir a la actuación de unos
cuantos golfos. Todos ellos, no los golfos, sino los
escándalos, denotan una forma de actuación política
intencionada y nos conduce una vez más a la actuación
vergonzante de un partido socialista que ha hecho de
Andalucía su cortijo particular, corroborando, que a lo
largo de la historia democrática de este país, se ha
convertido en el partido de la corrupción
institucionalizada. Al lado de los ERE, de Filesa, del Gal ,
de los fondos reservados etc., el caso Gürtel que tanto
utilizó Chaves como martillo pilón contra el PP, es un juego
de niños.
Aparte, desde que Chaves dejó la Presidencia de la Junta,
los sofocones familiares no han dejado de sucederse. Primero
fue el escándalo de la ayuda a Matsa, la empresa, que, tras
fracasar en su intento de lograr un incentivo de la Junta
para reactivar la minería en Huelva, optó por contratar a la
hija del por entonces presidente andaluz, otorgándole
poderes para representar a la compañía ante la
Administración autonómica. Con ella, dirigiendo la ayuda,
Matsa (Minas de Aguas Teñidas Sociedad Anónima), acabó
recibiendo casi 10,1 millones de euros aprobados en una
reunión del Consejo de Gobierno presidida por su padre. A
pesar de que la Ley de Incompatibilidades le obligaba a
ello, Chaves no se inhibió, como era su obligación.
A continuación , se conoció el escándalo de las comisiones
de Iván Chaves, el mayor de los dos hijos del ex lider del
PSOE andaluz que aprovechándose de que “ papá dirigía el
chiringuito”, prestó servicios a diversas empresas para
abrirles las puertas más inaccesibles de la Junta. Vamos,
que las actividades de Juan Guerra, el “enmano” de Alfonso
Guerra se quedan en pañales al lado del comisionista Chaves
jr.
A todo esto hay que añadir el nepotismo del ex presidente,
colocando también a sus hermanos en la Junta, siendo
protagonistas de otro escándalo conocido como caso Climo
Cubierta, en el que esta empresa regentada por el mayor de
sus hermanos, recibía de otro hermano recolocado como alto
cargo en la Consejería de Turismo adjudicaciones de
contratos “a dedo”, con cargo al presupuesto andaluz y que
el presidente aprobaba anualmente.
En el western “El bueno, el feo y el malo” de Sergio Leone,
hay una escena, al final de la película, en la que Clint
Eastwood , pistola en mano, se dirige a Eli Wallach , el
“feo” y le espeta: “El mundo se divide en dos clases: los
que tienen revólver , y los que cavan. Tú cavas”- y le
arroja una azada-.
En la Andalucía del virreinato chavesiano y ahora griñanista,
también hay dos clases: la de los “chorizos” de guante
blanco, los que saquean los fondos públicos, los que estafan
con sus prejubilaciones falsas , los que viven de la
mamandurria de la subvención, los que se perpetúan en el
poder comprando voluntades , los de la cuadrilla del ABC
(Autobús, Bocadillo y Consigna) en campaña electoral ,
aplaudiendo a los amos del Cortijo, que desparraman por
doquiera que van las ayudas del PER(léase voto cautivo).
Esos por un lado. Y por otro , el resto de los ciudadanos
que contempla sin pestañear cómo Andalucía se desangra y,
con 1,2 millones de parados , el llamado “fondo de reptiles”
ha despilfarrado más de 1.300 millones de euros en los ERE
fraudulentos, subvenciones, ayudas a empresas de amiguetes
etc.
Y mientras tanto, Chaves sigue en política, a pesar de que
camina hacia los setenta años de edad. Con su aforamiento
como diputado, y tal vez por ello, se garantiza de que , si
vienen las cosas mal dadas, sólo respondería ante el
Tribunal Supremo y se ahorraría dar explicaciones, que
siempre es un engorro, ante jueces ordinarios como Mercedes
Alaya. Hay que tener las espaldas bien cubiertas. Por ello
se ha atrevido también a solicitar su regreso a la docencia
como profesor de Derecho del Trabajo en la Universidad de
Córdoba. Con dos bemoles. Y eso que en cuarenta años- el
tiempo que Chaves dejó las aulas universitarias – ha
cambiado bastante la legislación sobre Derecho del Trabajo y
los contenidos de la asignatura.
¡Pobres alumnos que lo sufran como docente. Con su dislexia
a cuestas será muy difícil entenderle y hacerse entender.
Pero , la “pela es la pela” que dijo aquél.
|