Las fotos que ayer tuve
oportunidad de tomar, créanme, hablan por sí solas. Pero los
rostros de los concentrados, ciudadanos de todo tipo, sexo y
condición, mujeres y hombres, jóvenes y maduros,
adolescentes con “hiyab” (velo islámico) y chicas
“faldicortas”… Allí estaban ayer sábado a las 12.00 hora
local, manifestándose pacíficamente delante del Parlamento
de Rabat y una hora antes en Larache, frente a la Wilaya,
“en memoria de Amina Filali para que su muerte no sea en
vano y que ella sea la última víctima de esta ignominia”!.
¿Escuchas Bassima Hakkaoui?. Lo publicaba también el
semanario Tel Quel (nº 514, de 17 de marzo): “Violada,
casada a la fuerza, suicidada!”. En la capital del Reino, la
activa y valiente Asociación Democrática de Mujeres de
Marruecos lograba aglutinar, una vez más, a un notable
número de ciudadanos con pancartas y poster con la foto de
Amina, en la que se adivina una inmensa tristeza y la
callada mansedumbre de un perrillo apaleado.
Recordemos el drama, impreso en francés y árabe en un
pasquín y escrito en un poster en blanco y rojo sobre fondo
negro: “RIP Amina: violada a los quince años, casada con mi
violador. Me he dado muerte pues no me han protegido”. Y la
ineludible exigencia: “No a la violación con la complicidad
del Estado”. ¿Escuchas Bassima Hakkaoui?. Amina se dio
muerte el 10 de marzo ingiriendo “matarratas”, incapaz de
soportar por más tiempo la humillante e insufrible situación
que venía soportando. Amina fue obligada a casarse, tras ser
violada, ¡a propuesta del Procurador del Rey de Tánger “para
protegerla”!, amparándose en una peculiar interpretación del
artículo 475, línea 2, del Código Penal.
¿Bassima Hakkaoui…? Es la única ministra del gobierno
Benkirán, responsable de la cartera de la Familia. Histórica
diputada del PJD y muy influyente entre los islamistas
parlamentarios marroquíes, lidera el “ala feminista” del
Partido de la Justicia y el Desarrollo. Emplazo desde estas
líneas a Bassima Hakkaui, a la que he saludado en más de una
ocasión, a Mustafa Ramid, ministro de Justicia y Libertades
al que he entrevistado dos veces y al propio Abdelilah
Benkirán, jefe de Gobierno y con el que desde 2005 he
compartido té y mantel en Salé y Rabat, personas sobre cuya
honestidad y sensibilidad no me cabe duda, a que tomen de
una vez y sin medias tintas cartas en el asunto : ¿se está a
favor o no de la Mudawana (Código de la Familia)?: ¿debe
reformarse o no el Código Penal, suprimiéndose el
controvertido artículo 475, línea 2, en palabras de los
indignados ciudadanos de ayer sábado “el de los violadores
en serie” y que está en abierta contradicción con los
Tratados y Convenciones Internacionales firmadas por
Marruecos? Y detrás del telón… ¿hacia qué modelo de sociedad
está caminando Marruecos?: ¿avanzando hacia adelante con una
visión avanzada del Islam, el “Islam de las luces”, alentado
por el joven soberano Mohamed VI… o retrocediendo hacia el
Medievo, amparándose en visiones retrógradas y oscurantistas
de esta religión…? La irreparable tragedia de Amina Filali
ha relanzado la problemática de las violaciones y el
casamiento de menores en Marruecos, más allá de sus
fronteras: no hay más subterfugios: hay una sociedad civil
muy viva que está empezando a saborear el aire de la
libertad y que no va a permitir que vuelvan a embridarla en
nombre de nada. En cuanta a Amina… para mí no ha sido un
suicidio: ha sido un homicidio encubierto. Un repugnante
crimen, en el que la indefensa víctima se inmola “por
delegación”, con su verdugo cada noche en el lecho: “Me he
dado muerte pues no me han protegido”. Todos en este país y
algunos mucho más que otros, deben reflexionar. En Marruecos
sobreviven doscientas mil madres solteras y hay al año
trescientos mil abortos clandestinos. En materia de sexo, es
ésta una sociedad enferma. Terrible. Visto.
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