Cómo pueden estar sin pagar 900
adjudicatarios de VPO hasta acumular deudas de miles de
euros? Porque en lo relativo a la legislación sobre VPO y en
su artículo 30.1 se contempla el deshaucio por falta de pago
de las cuotas debidas por renta, amortización y otras
complementarias de servicios. Como en toda España porque hay
una ley que hay que aplicar. Hasta el punto de que el
ministro socialista Caamaño se sacó de la manga el
“deshaucio exprés” para agilizar el tema. Pero...
¿Quién tiene la culpa? ¿El que no paga o el que no pone la
diligencia debida para que el deudor lo haga antes de que
crezca la cantidad adeudada? Pues al 50%, porque los impagos
no son algo que surge de la noche a la mañana y motiva que,
de forma apresurada, se reclamen las cantidades con una
avalancha de cartas, que vienen a provocar una avalancha de
reacciones simultáneas y el consiguiente tsunami de
comparecencias, cada cual para explicar su caso. Máxime en
unos momentos de dificultades económicas en los que miles de
familias son arrojadas de sus viviendas por impago de la
hipoteca desencadenando tal tragedia social que el ministro
De Guindos ha tenido que enjaretar apresuradamente una
medida de “Buenas prácticas bancarias” a la que
voluntariamente se pueden unir las entidades que tengan un
mínim o de ética y de vergüenza para evitar que familias que
tienen ya sus casas a medio pagar y que se han quedado sin
recursos, se vean en la puta calle y buscando infraviviendas
de rentas mínimas.
Pero este no es el reino de “Alicia en el País de las
Maravillas” ni el imperio del “gratis total” porque eso no
existe ya que los gobernantes no tienen una máquina de hacer
dinero que ponen en marcha cada noche dándole a la manivela,
sino que esos dineros salen del trabajo de otros ciudadanos
que se desloman para ver cómo el Estado se queda, en forma
de impuestos, con una buena porción de su sudor y de su
esfuerzo.
Acceder a una VPO es el sueño de media España, aunque muy
pocos lo consiguen, a esos se les puede llamar “afortunados”
porque tienen infinitas ventajas y facilidades. No obstante
entre los supuestos deudores a quienes los Servicios
Tributarios les reclaman que paguen los atrasos, pueden
existir personas que se encuentren en una situación
calamitosa y esas tienen que recibir un determinado
tratamiento y unas ayudas hasta que se remedie su situación
y pueden existir quienes, momentáneamente, hayan tenido un
“apretón” económico que se pueda demostrar y para esas están
los pagos fraccionados hasta que se pongan al día y también
pueden existir los que “pasan” de pagar aunque tengan medios
para satisfacer las mensualidades pero pueden hacerlo, para
los que la solución ha de ser el deshaucio.
Pero el mensaje por parte de la Ciudad debe ser que hay que
pagar, sin “maricomplejines”, porque la Ley es para todos,
obliga más que los complejos y no se puede vivir en la “alegalidad”.
Pero tampoco actuar de manera atropellada y reclamar “a
mogollón” sino caso por caso ¿Impago? Expediente y
alegaciones. Y si no hay una situación de pobreza dramática
sino que se es moroso por opción, para eso está el deshaucio.
Y exprés.
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