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OPINIÓN - SÁBADO, 17 DE MARZO DE 2012

 

OPINIÓN / EL OASIS

El sorteo de Nyon
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Viernes. Doce de la mañana. Suena el teléfono. Y oigo la voz inconfundible de un amigo que grita alborozado: ¡Nos ha tocado el Apoel! ¡Nos ha tocado el Apoel! “¿Se puede saber qué coño es eso del Apoel?”

-Pues el Apoel es el equipo chipriota; la perita en dulce que había en el bombo de los cuartos de final de la Champions League que se ha sorteado ahora mismo como quien dice. Mientras que tú, Manolo, según deduzco, estabas en las Batuecas.

Mi amigo es tan madridista que nos exige a todos los que tenemos el mismo buen gusto que vivamos la pasión merengue como él. A su mismo nivel. Lo cual resulta poco menos que imposible. Pues lo suyo no admite comparación. Es un fan al que los triunfos del Madrid le hacen olvidarse de sus problemas. Cada victoria del equipo blanco le supone vivir en un estado de felicidad que le proporciona tanto bienestar como pesadumbre la derrota. Menos mal que mi amigo es de tensión baja y aún está en unas condiciones físicas inmejorables para su edad.

El fútbol es, sin duda alguna, elixir maravilloso y capaz de cambiar el estado de ánimo de cualquier persona amante de un deporte que ha sido considerado lo más importante entre las cosas menos importantes. De hecho, válgame como ejemplo lo que voy a contar del amigo que me acaba de llamar por teléfono para ponerme al tanto del sorteo celebrado en Nyon y, de paso, destacarme la buena mano que ha tenido Paul Breitner; ex jugador madridista y que ha sido el encargado de emparejar a los equipos.

Mi amigo lleva varios años disfrutando de su jubilación. Mi amigo no es que sea la alegría de la huerta. Pero mentiría si no dijera que en momentos concretos saca a pasear una burla fina que hace las delicias de quienes estamos con él. Tampoco se le puede negar su afán contemporizador y debo confesar que pocas veces le he visto dominado por la acritud. De ningún modo. Jamás, desde que le conozco, dio pruebas de desabrimiento alguno.

Ahora bien, desde hace ya cierto tiempo, es decir, más o menos cuando comenzó a hablarse de los recortes salariales de los funcionarios municipales, mi amigo principió a torcer el gesto. Mi amigo, por haber sido funcionario, conoce la Casa Grande, si no más sí igual que Vivas. Y un día, en una de las derrotas del Madrid frente al Barcelona, fue y dijo que en el Ayuntamiento había muchos funcionarios que no daban ni golpe. Y que cuando Francisco Fraiz, a pesar de su carácter atrabiliario, quiso poner en su sitio a los holgazanes, el primero que se le echó encima fue un jovencísimo Aróstegui. Con el único fin de medrar en política y como sindicalista.

Mi amigo tiene un hijo trabajando en el Ayuntamiento. Cuya fama de buen funcionario le permite estar alejado de componendas. Y en ocasiones, aunque sabe que su padre es prudente, le recomienda que se cuide de sacar a la palestra las muchas actuaciones desafortunadas que ha tenido el ahora líder de la coalición Caballas cual político. A mi amigo, gracias a que el Madrid ha salido beneficiado en el sorteo de la Champions League celebrado hoy viernes, cuando escribo, se le ha olvidado que tenía que haberme dado ya pelos y señales de cuánto gana Aróstegui cada mes. A lo mejor no son nueve mil euros. A lo mejor… Ay, el sorteo de Nyon…
 

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