A esto se le llama “Ver la paja en
el ojo ajeno y no la viga en el propio” porque ¿cuánto
tiempo llevan esperando los proveedores para cobrar lo que
la Ciudad Autónoma les adeuda? Haremos como el lobo: ¡Uhuhhhhh...!
Pero ha habido paciencia (qué remedio) y ahora se han
enjaretado los planes de sostenibilidad, el crédito ICO al
5% y para mayo se da por hecho que los acreedores hayan
cobrado sus buenos dineros.
Idéntica paciencia y buen tino se espera ahora del Gobierno
de la Ciudad a la hora de cobrar los pagos atrasados de los
pisos de protección oficial y no es porque los Servicios
Tributarios no tengan razón, porque las mensualidades tienen
que pagarse, ni existe el “gratis” total ni se puede vivir
sin cumplir con las obligaciones cuando se disfruta de los
derechos. Porque sería mamoneo y con eso los ciudadanos se
enervan.
Pero hay que considerar que los culpables no son tan solo
los vecinos morosos, sino quien o quienes no han seguido de
cerca y de forma rigurosa el cumplimiento de los pagos para
no dar lugar a que se acumulen cantidades tales que ya sean
imposibles de abonar y supongan el deshaucio. No obstante
estos vecinos son muy afortunados porque se están amañando
todo tipo de estrategias para dar facilidades en el abono de
las deudas, mientras que miles de familias son deshauciadas
por los bancos y arrojadas de sus casas, algo que no pasa en
Ceuta de forma habitual como en el resto de España, porque
aquí las ayudas y subvenciones son la norma mientras que en
el resto de la geografía son la excepción. Del
“asistencialismo” del Gobierno de Ceuta no hay quien pueda
dudar, pero amén de las soluciones que se ofrezcan a los
deudores habría que considerar un comportamiento muy poco
riguroso el haber permitido unos impagos de años sin
realizar las pertinentes gestiones, para luego asustar a los
residentes con un aluvión de cartas y de requerimientos.
Afortunadamente aquí no sucede lo que en otros lugares de
España donde la gente tiene que salir de las casas y algunas
veces establecerse en chabolas, propseridad no habrá en el
país, pero los asentamientos de chabolas e infraviviendas
abundan, eso sí, todos sus moradores estarían felices de
poder acceder a un piso, lo que sucede es que la mayoría
carece de ayudas y no pueden satisfacer ni lo mínimo.
Pero “apretar” en la vorágine de la crisis es de muy mal
gusto y no porque después no se propongan remedios y
arreglos para evitar un mal desenlace, pero el susto y la
intranquilidad se generalizan y la cosa está muy mala y hay
demasiada escasez cómo para que encima se esté asustado. El
“gratis total” no puede existir porque hay gente que paga
ese “gratis” con sus impuestos y deslomándose de trabajar,
es decir que el gratis de unos se costea con el sudor de
otros. Pero al igual que los proveedores han esperado para
cobrar y que llegue el ICO, la Ciudad tendrá que
flexibilizar cómo lo está haciendo a la hora de cobrar, sin
olvidar que si al segundo mes de impago se procede por los
Servicios Tributarios, las deudas no se acumulan porque
contra la circunstancia de no pagar la diligencia a la hora
de tratar de cobrar.
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