Alguien puede dudar a estas
alturas de la agilidad con la que el Gobierno Central ha
encarado las nuevas políticas?. Recortar por un lado y
saldar deudas por otro, con el objetivo fijado en el futuro
y más que previsible superavit. Pero, cifras, números y
previsiones expuestas utilizando la amplia terminología del
lenguaje financiero, lo importante es que los proveedores
podrán por fin cobrar, que es lo que a la postre interesa. Y
hacerlo desde el conocimiento de que las deudas de la Ciudad
no han sido ocasionadas por una mala gestión de los haberes,
sino por una enorme disminución de los ingresos recibidos
tanto del Estado en forma de transferencias insuficientes,
cómo de los ingresos propios, en una palabra : ha faltado
dinero por la caída en picado de los ingresos.
Así la pirueta jurídica y económica del Gobierno de Rajoy
(ese al que la oposición no se ha dignado ni tan siquiera
conceder los cien primeros días para efectuar un aterrizaje
tranquilo) ha supuesto el advenimiento del crédito ICO que
sacará de apuros urgentes a muchas economías. Lógico que se
busque a los culpables de la debacle y para ello hemos de
remontarnos a la etapa anterior que nos dejó con una cifra
de déficit “amañada” para confundir y con las arcas públicas
a modo de queso Gruyére, llenas de agujeros. En esas
condiciones es normal encontrar dificultades extremas para
bregar con la exigente Unión Europea que “exige y exige”,
pero está visto que el Ejecutivo se encuentra impregnado por
la excepcional “retranca gallega” del Presidente Rajoy y en
lugar de desesperarse busca fórmulas, apaña logaritmos, pone
parches a las carencias e insufla una buena vaharada de
oxígeno a las Autonomías y a los Ayuntamientos con esta
solución de crédito a interés normal (no es interés bajo,
sino normal, el que ha venido siendo anormal e inmoral ha
sido el interés de la Banca).
A nivel de Ceuta el anuncio del Portavoz Guillermo Martínez
de que el pago a proveedores se hará en sesenta días a
partir del mes de mayo, no es que suponga según él mismo
manifiesta “una inyección en la economía local” sino que por
el contrario la inyección alcanza a la economía y a la moral
de los acreedores en forma de solución esperanzadora e
inmediata. Pedir el crédito, pagar a los proveedores, saldar
las deudas pendientes y devolver el crédito, porque no hay
que olvidarse de que el dinero “es de vuelta”.
Y todo esta positiva operación se debatirá en el Pleno de la
Asamblea donde ya se cuenta con fulminaciones, rayos y
centellas por parte de “determinada-indeterminada” oposición
y seguramente con el apoyo de “la oposición” digna de ser
considerada como tal. ¿Pero puede existir alguien que se
oponga a esta solución excepcional? Puede y seguramente se
opondrá, porque existir, existen muchas cosas ¿No existió la
niña del Exorcista? Pues igual puede surgir quien le ponga
“peros” a este revulsivo para la economía ceutí que espera
tan solo el visto bueno del Ministerio de Hacienda para
materializarse. De hecho la Ciudad ya ha aportado la
documentación pertinente y vistas sus habilidades en estos
temas, las cuentas serán de Enciclopedia. Plan obligatorio y
Plan de estabilidad para los próximos diez años y según Paco
Márquez el compromiso de no asumir ningún otro préstamo a
largo plazo y encima sin agobiar fiscalmente a los
contribuyentes, que es lo que está sucediendo en otros
puntos de nuestra geografía. Pero lo curioso será asistir al
Pleno de la Asamblea de antes de final de mes donde será
sometido a consideración este plan, entonces veremos si
“alguien” quiere zancadillear a Ceuta y a su futuro o si de
forma unitaria se apoya unos planes oportunos, realistas,
que son “agua de mayo”, perfectamente diseñados y cuya
repercusión alcanzará a toda la ciudadanía en mayor o menor
grado.
Ya veremos.
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