Es lo que presentan estos días los
sindicatos, tratando de convencer a la opinión pública de
que con la llegada del PP al poder ha entrado el demonio en
las entrañas de la sociedad de nuestro país.
Y más que equivocarse, lo que están haciendo los sindicatos
es demagogia pura y dura ante un intento del Gobierno de
arreglar, en el menor tiempo posible, lo que otros, con la
colaboración de los sindicatos, han desarreglado en los años
pasados.
Desde hace muchos años, vengo manifestando mi rechazo
frontal a todo lo que huela a sindicatos, especialmente a
sindicatos de clase, entre otras cosas porque hoy,
afortunadamente, no existe ya la lucha de clases.
Y por eso me repugna que en una situación como esta, con la
connivencia de los sindicatos se ha llegado a los cinco
millones y medio de parados, y todo lo que el Gobierno
pretende es atenuar los desatinos que hubo anteriormente.
Pues bien, a eso, estos impresentables lo tildan de “acto de
autoritarismo”.
Para ellos, no me cabe la menor duda, era mucho más rentable
un gobierno sectario como lo era el de hace varios meses.
Ellos, los sindicatos, colaboraron en la marcha a la ruina
del país y ahora cuando el chollo que tenían se les va
recortando hablan de autoritarismo.
Bien venido sea ese autoritarismo, frente a la desvergüenza
de quienes sólo miran por unos intereses ajenos a lo que
están predicando, por eso hablo de demagogia.
Y ahora, para seguir con ese “autoritarismo” que pregonan
los sindicatos de clase, el siguiente paso que debe dar el
Gobierno es liquidar, anular las subvenciones millonarias
que están recibiendo los sindicatos, también de mi dinero.
Poco tienen que ofrecer los sindicatos que sea positivo,
cuando a las primeras de cambio lo único que pretenden es
que la gente salga a la calle o que TODA ESPAÑA SE QUEDE
PARADA.
Poco sentido común y poco tino hay en los sindicatos y en el
partido que les empieza a apoyar ahora, cuando no han
permitido ni los cien días de cortesía para que el Gobierno
pueda comenzar a ordenar sus formas de actuar.
Ante todo esto, y muy especialmente para que también se
entere el partido de los desatinos suyos, cuando ahora viene
de salvador con los sindicatos, yo me opongo a lo que es una
huelga general y pediría a todos aquellos que hoy tienen un
puesto de trabajo que no lo arriesguen para complacer a unos
sindicatos que no miran por los obreros, a pesar de lo que
digan.
Los sindicatos se están quedando perdidos en los árboles,
ahí se pierden y no son capaces de ver el bosque, cosa que
están manifestando ahora cuando pretenden las algaradas
callejeras y las promocionan mientras que no han sido
capaces de denunciar, ni de oponerse a la cleptomanía que ha
habido y hay en el sectarismo de cierto partido.
Que los sindicatos se busquen como aliados ahora mismo a
PSOE y a IU, es ir buscando la izquierda sectaria más rancia
y desfasada que ha existido y que ya está superada en toda
Europa.
El 29 de marzo parece que están dispuestos los sindicatos a
que se pare el país, el día 29 de marzo quienes tenemos
sentido común iremos al trabajo y trataremos de que la
huelga sea un fracaso, como lo están siendo las
manifestaciones de estos días.
Y al Gobierno le volvemos a hacer la misma petición, que
recorte o anule las subvenciones que da a los sindicatos y
que subsistan con sus propias aportaciones, no con el dinero
de los demás. No me gusta la demagogia por lo que yo digo NO
IRÉ A LA HUELGA GENERAL.
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